El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

marzo 06, 2006

Anonimia, colectividad, autoría II

Desvalorización

En la última parte del post de Massei en Kaputt hay una explicitación de su postura frente a la firma en internet. Comenzaré por rescatar el párrafo que más me gustó porque creo pone el pié en un hormiguero urticante valga la redundancia:

“En Internet en cambio, siendo que es un espacio sin paga, absolutamente voluntario, la utilización de nicknames identificatorios termina abonando un sedimento de lecturas jerárquicas. Se le niega a los blogs el rótulo de “literatura seria” de ese modo, se la realiza sólo por diversión, diversión que en algún punto debe ser inconfesable porque sólo así se entiende que alguien que se toma la molestia de redactar algo, no esté dispuesto a firmarlo con su nombre cívico. No hay una donación a una colectividad como se pretende que creamos, lo que hay es una preservación personal frente a los riesgos reales o ilusorios, sociales o personales. Yo dudo mucho, dudo hasta tanto no se me demuestre lo contrario en la práctica, que alguno de los autores que optan por expresarse firmando con un sobrenombre en un blog, al momento de ser invitados por un periódico a escribir una columna de opinión, o al momento de editar un libro, continúen firmando con ese mismo nombre. Claro, ahí no, ahí pondrán en juego su nombre cívico porque lo que quieren es que todo su mundo de relaciones se entere de su logro, lo contrario a cuando firman un espacio personal que sólo responde a su propia voluntad. Y si es así, es porque a su propio blog no lo consideran como un logro. O lo consideran un logro suficientemente menor como para aceptar que es mejor que nadie se entere.”


Es cierto, muchas veces nos quejamos acerca de los desvalorizados que son los blogs por el medio cultural, pero olvidamos que a ello contribuyen en gran medida la auto desvalorización que lo propios bloggers hacen de él al tomarlo como lugar menor, sólo digno de ligerezas lúdicas o divertimentos de nulo compromiso. Lo que también creo es que no hay que exagerar la importancia que tiene en ello la presencia o ausencia de una firma con nombre cívico, porque lo que fundamentalmente determina esto es el contenido del blog, su enfoque, que tiene que ver con una actitud global frente a como abordar la escritura y su publicación en internet, donde el asunto de la firma es tan sólo un elemento más, y a mi entender no el más importante.

Existe mucha gente que escribe blogs que no siente necesidad de que se lo reconozca por sus textos, gente no habituada al metier de la expresión pública, por ello aún tomándolo con la mayor seriedad y a sabiendas que está publicando material con el que está satisfecho, no desea que se conozca su nombre civil. Eso no quita que luego esa gente interactúe con otra, aparezcan líneas de contacto en privado y brotes de una embrionaria comunidad; no se esconde y no es anónima, simplemente no ha asumido la vocación de ser reconocida a través de la escritura como actividad. Lo descrito por Massei puede ser ajustado en un “ambiente” como es el literario-periodístico, donde se puede suponer que las motivaciones de la mayoría son similares, y es probable que si fueran convocados a escribir en un diario o a editar un libro lo primero que olvidarían serían sus nicks.

Pero cuidado que balizar el terreno con tantas líneas divisorias puede provocar confusas alusiones irritantes. La pretensión de seriedad o de divertimento no determina calidad de contenidos. Bloggers que se definen como livianos y de bajas pretensiones entregan material de gran chispa, frescura e interés. Otros con pretensiones hiper-auto-exigentes y firmas cívicas publican sandeces, o bien desvalorizan ellos mismos este espacio al volcar en él ex profeso materiales que consideran de tercera o haciendo la salvedad que el blog es para ellos un juguete menor que sirve para distenderse mientras hacen sudar sus neuronas trabajando en el material de primera que preparan para sus libros o artículos de prensa.



Responsabilidad

La responsabilidad que se asume por medio de una firma cívica es un concepto más o menos claro, pero tampoco me parece que de para teñirlo del color de acción ejemplarizadora de coraje social. Y es un rechazo conceptual y no personal a la idea; alguien no deja de ser mejor o peor tipo por creer que pone más bolas que los demás por algo. Pero el concepto en si me hace recordar demasiado a los tertulias adolescentes donde se identificaban aquellos que exhibían orgullosos el “yo me la banco” contando anécdotas de actitudes heroicas en territorios hostiles, cuya consecuencia era establecer la sobrevaluación del coraje propio y la subvaluación del ajeno. Un sofisma que puede rebelarse muy tramposo también a quién se lo cree, porque la realidad puede demostrar un giro inesperado cuando esas condiciones se ponen verdaderamente a prueba. La evaluación del coraje es un asunto delicado, y su manipulación a nivel discurso nos acerca a un mundo de vuelos y golpes bajos. Su suprema relatividad lo hace muy engañoso, porque se relaciona esencialmente con la relación de las propias fuerzas y las del entorno, y las jerarquías personales de los valores que se ponen en juego. ¿Quién tiene más coraje? ¿Con que vara medir los riesgos propios que uno considera que asume frente a los que asumen los demás y uno desconoce? Yo firmo con ni nombre civil reseñas sobre rock progresivo y heavy metal en un website y en una revista, además de mis intervenciones en tormentosas polémicas futbolísticas escribiendo en un blog o enviando cartas a distintos medios, esto me expondría a riesgos mucho mayores que tener un blog “literario”, tanto peligros de afectar mi imagen laboral en ciertos sectores, como de reacciones “pesadas” de los aludidos, y sin embargo no creo que pueda exhibir esa actitud como ejemplo de “bancarme” nada; supongo que serán muestras de mi imprevisión auto-marketinera o de que en aquellos contextos no tuve razones para usar la heteronimia.

El que usa un nick para insultar y decir huevadas a escondidas, o para dar opiniones polémicas grandilocuentes o super-jugadas que después no es capaz de sostener, es un cobarde, pero más allá de eso a mi los matices sucesivos se me hacen bastante más difíciles de definir.

19 comentarios:

Bardamu dijo...

Muy interesante tu exposición en este y el anterior post Tino. El tema sigue dando mucho para cortar, y mejor, porque nadie puede ostentar una verdad universal, sino nada más que la suya propia (que puede o no ser compartida por los demás).
Un par de comentos.
1) Sobre el "fetichismo de autor", quizás por una deformación sociológica profesional, suelo dar por sobreentendido un término tan complejo como "fetichismo" y no todo el mundo tiene por qué manejar las comoplejas acepciones del concepto. Para mí fetichismo está ligado (en el sentido marxiano) al fetichismo de la mercancía y muy relacionado a los cuatro momentos de alienación que propone Marx en Los Manuscritos de 1844. Entonces, fetichismo no es adoración del autor, sino que implica una figuración fantasmagórica dada por la alienación (separación) entre el ser humano y su hacer y entre él y su relación con los otros. El fetichismo de la mercancía es propio de un momento histórico social (que, si nadie se opone, seguiré llamando "capitalismo").Y por eso -vos lo percibiste muy bien- el concepto de fetichismo autor, como lo quiero expresar no es válido para toda época (no es aplicable a los clásicos griegos, por ejemplo) sino para aquella en que la escritura queda presa dentro de la lógica mercantil.
2) Rescato y coincido con aquello que decís sobre que bloggers que aparecen como "livianos" de pronto son mas frescos y creativos que aquellos que portan apellido. Basta fijarse un poco, ahí está Link, por ejemplo pegando en su blog sus propios reportajes en los medios masivos como si tuvieran algún interés creativo. Y no es el único.
3) Para nada la falta de firma (en el sentido de firma cívica) desvaloriza el formato blog. Para nada. Es otra vez lo mismo: nombres vs. obra. Los blogs no se valorizan por los apellidos: tienen mayor o menor valor (literario en este caso) por lo que expresan, por lo que crean, por lo que evidencian.
Te mando un abrazo.

Tino Hargén dijo...

1. Fetichismo.
Más que oportuna tu aclaración. Yo si por supuesto que hablabas en este sentido dado que hemos conversado ligeramente sobre estas cuestiones en otra ocasión. Casualmente, a fin del año pasado estuve “repasando” el concepto marxiano de fetichismo como resultante de una enajenación del ser de su hacer, al leer el libro de John Holloway que lo utiliza mucho.

2. y 3.

De acuerdo totalmente, el valor depende del contenido. Yo quizá pude sonar confuso en una parte, porque en realidad me “metía” dentro de la idea de Massei para reconstruir la actitud de ciertos bloggers que desvalorizan al blog como medio, y una de sus actitudes de desvalorización es precisamente firmar con un nick para evitar hacerlo con la firma que si se reservan para usar en medios que ellos consideran dignos o prestigiosos.

abrazo y gracias por leer y comentra así, ayudñandome a construir ideas

Tino Hargén dijo...

En el comment anterior mio debe leerse

"Yo si di por supuesto que hablabas"

Disculpas

PD: Como era baker para editarlos? Ya me olvidé:-)

Mori Ponsowy dijo...

Muy de acuerdo contigo, Tino.

Carlos dijo...

Sí, a veces me da la impresión de estar ante una máquina que se autorrotula literaria, y haber, tibiamente, especulado con tirar un puñado de arena en sus engranajes.
Y lo que me más me llama la atención es ver cómo la máquina se empeña en seguir funcionando sin cambios, igual a sí misma.
Y, claro, es una máquina, me digo, tiene necesidad de justificar la etapa histórica en la cual aprendió a funcionar (sin tomar conciencia: no olviden que se trata de un artefacto).
No macanear, no maquinear, no fetichizar.
Lo esencial sería poder usar otro lenguaje, otra lógica. Acá no hay una verdad a la que se quiera arribar, no confío en la razón ni en poder comunicar.
A veces lo único que queda es un trabajo silencioso, sin perros que aúllan, diría Luis, pero que comience a derribar.
Cada uno sabrá qué.

Tino Hargén dijo...

Mori: Bienvenida después de tus vacaciones!

Carlos: Ahá. Cuando la cosa va para el lado de estar todo el tiempo preocupado por si el blog es literatura, periodismo o hobby, no me gusta. La escritura es antes que nada expresión, un blog es efectivizar la posibilidad de alguien de expresarse. Luego la preocupación formal, disciplinaria, clasificatoria, es una cuestión más, pero los rótulos nunca pueden afectar la pureza del sentido primario de todo.

En mi caso pongo a la misma altura que expresión, la voluntad de construir una interacción, lo que yo le llamo crear atisbos de "comunidad", pero no en el sentido de establecer pautas o contenidos comunes sino en el de comunicación, de intercambio, interconocimiento. Este soporte del blog posee ambas cualidades que me encanta aprovechar: permite exponer y conocer lo expuesto, y permite "relacionarse" en términos de discursos.

Carlos dijo...

Sí, Tino, pareciera que eso de la comunidad se va dando.
Se va dando por añadidura (no pierdo ocasión de promocionar mi blog, já)

Tino Hargén dijo...

Bien, vale, ja,ja, es realmente una promoción totalmente ajustada a contexto.

Si abstraemos otras diferencias, y nos concentramos en analizar a los medios de expresión desde el punto de vista de las operaciones puras de comunicación que posibilitan, tenemos que los medios gráficos son todos "fríos": el que publica expone, el que lee recibe, y las posibilidades de feedback son mínimas, o si se dan suceden en planos muy lejanos. Hay una "distancia" muy marcada ( sin analizar si eso es bueno o malo, mejor o peor).

En los blogs y otros medios calientes" la diferencia clave es la superposición del contacto a la alcance de la mano, aniquila las distancias. Por ello cuando leo aún en internet, un e-book o una revista( por ejemplo El interpreatador, o puede ser también Goma de Borrar por el perfil que va teniendo ) no siento demasiada diferencia con leer algo en gráfica, solo una cuestion visual; en cambio al leer los espacios que como los blogs incorporan la interactividad si siento que se trata de algo realmente diferente, una dimensión muy nueva todavía y que por supuesto, nadie sabe a donde puede conducirnos.

vadinho dijo...

tino: por alguna razón cité a los primeros cristianos, todos usaban "nick" pero tuvieron muertes espantosas por causa de aquello en lo que creían. al margen de su fe, dieron alguna muestra de coherencia y valentía. el único que firmaba con su nombre fue también el únco que murió de muerte natural y a los 81 años: Juan.

Por otro lado, en cuanto al fetichismo: Hace unos días publiqué el mismo post que contenía una obra de arte en syd con nombre real y en mi blog con seudónimo del autor. Me parece que la obra permaneció intacta en ambas ocasiones.

Anónimo dijo...

esta confusión sobre la literatura, el blog y la firma me trae de los pelos.
todo lo que leo por allí me aporta datos de gran interés, no en la construcción de certeza, si en la construcción de pensamiento.
si pudiera saltar la estructura del blog reventaría todo con tal de que nada sea considerado literatura.
me quedo con la idea de "obrar"/"operar" sobre un texto verbal y visual, extendiendo esta operatoria e incorporando al lector, haciendo destino incierto y tartamudo sobre aquello que uno desea decir, el juego entre lo que uno piensa como manifiesto, pero el otro reconstruye desde lo oculto; agregando su propio manifiesto/oculto.
en esta condición y si nos ponemos quisquillosos, el blog es obra abierta, la apertura y complejidad depende de la habilidad de los ejecutantes, de los jugadores.
en este sentido, prefiero los blogs que abren el juego. la literatura es tangencial, un juego para los discursivamente más prolijos, voluntariosos e interesados en la rúbrica. un prototipo desarrollado en una de las vertientes.
pero el juego mayor, desde mi entender precario, apunta hacia el objeto, tal vez la destinación de este objeto tenga un valor de producción artística, una obra de arte que posee la mirada de un sujeto, que indica un punto de arranque pero desconoce el alcance de la interpretación.
el sujeto autor desaparece, para dar paso a la obra y esa obra puede o no tener fin.
y si se permite la pregunta:
tiene fin?

Tino Hargén dijo...

A ver Aydesa, permiso, tomo un café con tu comment...

-Hay una desconfianza al blog conmoverdora. Hoy entré a un AM-PM de una YPF a tomar algo y en un exhibidor leía el título de un libro “Elogio de la lentitud” de Carl Honoré. De inmediato comparaba la tremebunda intimidación que obraba esa tapa, su presunción de saber establecido que me obligaba a darle crédito, aún desconociendo al autor y por supuesto el contenido.
Encima me quedé medio frío porque el título se parece mucho a un ensayito mío que tengo que reescribir que se llama Elogio del Reposo. Bah, no tiene tanto que ver.

-¿Si un blog es literatura o no? Quién lo determina y qué lo determina? ¿Y si fuera que? ¿Y si no fuera qué?

-Un operar incorporando al lector, y un lector que no es generalmente cualquier lector, es otro escritor. Como una agremiación de escritores en asamblea permanente.

-Es obra abierta, cerrarla es sentir que algo no encaja. Abierta en la intromisión y abierta en el tiempo de elaboración. Y es obra expuesta, muestra su vulgar intimidad, su cocina, y sus calzones desordenados.

- “el sujeto autor desaparece, para dar paso a la obra y esa obra puede o no tener fin. y si se permite la pregunta: tiene fin?”

Yo creo que el sujeto no desaparece, se pone en evidencia. Desaparecen los nombres, los curriculums, las reputaciones y trayectorias, pero no el sujeto. Justamente estaba garabateando algo sobre la subjetividad.

El final. Al blog le falta un final, si, excelente observación, todo es perecedero pero perece tan rápido qeu da la sensación que no termina. Y es borrador perpetuo, ¿quién no pensó en que algún día en el futuro irá en busca del blog para rescatar y reconstruir algo a partir de lo que deja allí?.

Pero creo que tiene un final, y tiene un fin.

Anónimo dijo...

voy a volver con la cabeza puesta y pedimos otro café, asi la sigo.

besos y gracias!

Anónimo dijo...

Tino, ayer justamente me manda un mail una blogger que necesita retomar los hábitos. Me dió alegría porque merece absolutamente la continuidad.
Su finalidad le hace desear un hijo nuevo y por eso debe estar dispuesta a parirlo.
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Sí, el sujeto no desaparece, nunca podría hacerlo. Me quedo con la sensación de que decide jugar de otra forma.
Leo por allí fundamentaciones etimológicas sobre la obra y el autor. A mi me preocupa otra cosa. La libertad y la desfachatez en cuanto al uso de la palabra. De lo contrario cualquier combinatoria dogmática me recorta prolijamente la intervención de la propia experiencia.
Ya sé que me saltarán al cuello. Pero mi experiencia del lenguaje quiere jugar al autodidacta. Al que aspira a pensar por sus medios y con ello construir intentando saltar la abstracción, la referencia, la cita obligada.
El deseo en este sentido es tan fuerte que no me permite ficcionar. En este estadío seré más títere que titiretero. Un sujeto que se objetiviza para revelarse luego contra el amo.
El amo dicta la dramatización de los hechos pero la circunstancia anuda sin querer las piolitas y en el accidente hay espacio para lo inesperado.

Un ejemplo contundente se revela en los pacientes que padecen deterioros cognitivos progresivos . Medicamente el caso describe como padecimiento el "deterioro paulatino del uso del lenguaje". Lo que aún no tiene rótulo es el uso diferenciado que hace ese sujeto de las palabras, desahuciado para la ciencia y la sociedad. Con los despojos y el reacomodamiento de las funciones cerebrales, el paciente, carente en apariencia de sintaxis y significación, inventa un sentido. Perdido en la referencia opera sobre lo concreto, sobre la musicalidad de las palabras, el chiste, la rima, y otras hazañas poéticas. Parece balbucear, pero siguiendo su rastro, la voluntad es fuertemente indicativa, señalar lo que subyace a pesar del misterio de este uso "arbitrario". Ese empeño es nada menos que la identidad, el "ser" singular, la correspondencia unívoca con lo vivido, que el nombre y apellido sólo asisten para que en la evocación los intérpretes "sanos", distingamos lo que ha sido y lo que sigue siendo ese sujeto.
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Tino! Se durmió?
Mozo! Otro café bien cargado!

Tino Hargén dijo...

Dormirme no, pero Ud no es ninguna anémica en materia de truculencias de estilo, el discurso rapsódico le sienta bien..

Se me hace que en ciertos discursos la palabra literatura aparece como correlato de una intención de hacerla sonar todo el tiempo como una sirena, y como un canto de sirena. Cumplir un goteo constante, una couta, ubicarla de forma tan gratuita en todo la termina desluciendo. Nombrarla tanto es castigarla, una intención de fijar con remaches el objeto de una entidad que se afloja y bailotea sola a poco que la dejemos respirar tranquila. Lo que la naturaleza del contenido non da, la porfiada enunciación del objeto non presta.

Por ahí es que que hay mucho estudiante de letras dando vueltas, mucho Puán del otro lado de la pantalla proporcionando visitas y lamidas, y un influjo literaturizador que se empalaga en su hiper-información. Con este dato en la mano somos más propensos por ay a confundir a un literato con un escritor, y al arte de la escritura con la licenciatura en letras.

“… Un sujeto que se objetiviza para revelarse luego contra el amo”

Y al revelarse se subjetiviza. Eso.

Y no es necesario matar al titiritero, si se descubren los hilos basta con dejar de creerles, casi que desaparecen.

Deterioro paulatino...hmmm Titiritero, El Titi, El tero, tiritando, caminado por la playa, Donald, Pato, Walt Disney, Mickey, Liliana Caldini, Cacho Fontana, las olas y el viento, congelamiento, frío, del mar.

El amo dicta los hechos de la dramatización. Los esclavos sanos actuamos un yo bastante creíble a veces.


Mozo, un Jack Daniels con hielo...!!

Anónimo dijo...

huy! dió mío! que sean dos así le sigo el tranco.

Anónimo dijo...

¡Hola a todos!
Estoy buscando información sobre la anonimia en los procesos artísticos musicales, (aunque bueno, en general me interesa sobre cualquier manifestación artística).He encontrado mucho sobre literatura, me he topado con una visión interesantísima sobre “la deconstrucción y la crisis de la autoría” en un articulo de Ramón Pérez Parejo, numerosísimos ejemplos a lo largo de toda la historia sobre el anonimato en el proceso artístico y sus repercusiones en la manera de entender el proceso creativo en la literatura, en algunas menciona ejemplos sobre otras artes como arquitectura o pintura, pero no encuentro nada específico. Hay periodos enteros en la historia de la música en la que se producen de forma anónima pero me está siendo muy difícil encontrar información.
Os agradecería mucho cualquier comentario al respecto.
Y por cierto si hay por ahí algún amante del jazz, ¿sabéis si el concepto del anonimato tiene alguna transcendía en esta expresión musical?

Tino Hargén dijo...

Hola, gracias por escribir. Muy interesante la investigación que planteas, me gusta el tema, trataré de revisar algunos textos en relación a ello, respecto de la música.

Podrías salir del anonimato y escribirbe a mi casilla de mail ???

nacludos@yahoo.com.ar


Saludos

Anónimo dijo...

Lo siento, estoy escribiendo desde hace muy poco en el blog curiosoperoconarte bajo el seudónimo de AnonimiA, “mi razón” fundamental el PÁNICO y una carencia absoluta de eso que se llama autoestima. A lo más que aspiro es, a que con los años y a base de escribir y publicar y ver que no ocurre nada, que lo más malo que sucede es que la gente opine, me corrija y aprenda, que es la cosa que más me gusta en el mundo, tal vez supere este sudor frío que recorre mi cuerpo.
Quiero aclarar que no soy escritora, no espero que nadie me tome en serio, me defino como un ser que busca que hacer con mi curiosidad aun más grande que todos mis miedos juntos. No se a donde me va conducir todo esto, pero el caso es con miedo o sin el, estoy en camino. ¡Qué ya era hora!
Gracias por contestar tan rápido y perdona mi cobardía. Pero entre no hacer nada, o quedarme diciéndome a mi misma si hiciera, si pudiera, si me atreviera, en fin ese tiempo condicional que tienen todos los verbos que solo sirven para marear la perdiz.
Por cierto he leído el texto de Massei, pero no encuentro el de Bardamu ¿se supone que también está editado en Kaputt? Me gustaría leerlo.
Un saludo.

Tino Hargén dijo...

Vamos mujer, que nadie ha de comerte ! Bueno, entonces dejame tu un mail donde escribirte.

El link de aquel articulo de Bardamu es este: ( firmó en Kaputt como Luis Bernard )


http://www.kaputt.it/luis-bernard/recurso-de-anonimato.php