El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

julio 29, 2005

El comment, un cambio casi nupcial (I)

El libro es -casi que digo "era"- una cápsula invulnerable que le otorga al autor un poder e inmunidad a cualquier arbitraria intromisión a su mensaje. Nada es comparable a la soberbia discursiva de un libro. Toda agresión a su saber inviolable es minimal e inaccesible, queda en lo meramente simbólico. Un verdadero tirano con poder de enunciación propio y exclusivo. Un lector a millones de años luz del escritor puede agarrar su ejemplar, rayarlo con birome azul, llenarlo si quiere de notas al pié chiquititas, ponerle nerviosos subrayados, usar esos horrendos resaltadores fosforescentes, escribir con letra chiquita insultos, alabanzas o maldiciones. Pero son registros que mueren en el onanismo de la incomunicación y el anonimato más helado. Son como rasguños de un resucitado a un ataúd bien soldado que el autor casi nunca llega a conocer. El blog abre la oportunidad de escribir con los lectores. La obra individual del autor puede ser completada, recreada o contestada como obra colectiva por los lectores. El autor puede hacer su obra de escritura con el lector, y el lector hacer su obra de lectura con el autor. Este proceso merece un tratamiento más profundo que en otro momento intentaré.

Claro que no todo es rosa en esta especie de construcción textual compartida. Abrir el espacio a una réplica en tiempo real por más que después pueda ser borrado, es un riesgo de vida casi, porque borrarlo evita que lo lea más gente pero no evitó el que lo haya leído el destinatario de la réplica. A veces el blog puede ser como ponerse a gritar un gol en el medio de la hinchada contraria y anonimato mediante, el comment convertirse en un excelente entretenimiento para los imbéciles. Pero no todo es nefasto; sin entrar a analizarlo desde lo ético, el anonimato es el plaguicida más efectivo para la hipocresía y un formidable estimulante del acceso a la verdad, a la comunicación verdadera. Desinhibe, quita el pánico por las represalias. Y sobre todo de las represalias intelectuales a veces son tan temidas como las físicas. Recibir un comentario insultante permite saber entre otras cosas que ese sentimiento era pensado por alguien, que existía Aún sin saber quién es, sabemos que la reacción acecha. Creo que en una etapa de desarrollo no desaparecerán los mensajes sin referencias, pero aumentará sin duda la circulación de nombres y apellidos.

julio 27, 2005

La conspiración de los filtros infinitos

"Sucede que me gusta hacer repasos de sobremesa, y el balance poético es un atajo intelectual que permite acceder a altas profundidades con bajos requerimientos de enfermedad. Como decía Cioran, la vida es apenas un estado de no-suicidio, y ponerse a escrutar la condición humana así como así, en paños menores, al menos desalienta ulteriores consecuencias de presuntas conclusiones pesimistas. Escribir al ras del cielo, desde la licenciosa omnipotencia con la que me consagra la bella inmunidad argumental que sólo dan los fueros literarios....."

Mi contribución en el distinguido blog colectivo "Kaputt", gracias a la gentil invitación de sus autores. Pueden leer artículo completo en http://www.kaputt.it/kaputt/la-conspiracion-de-los-filtros-infinitos.php

julio 26, 2005

Una cultura entre colegas

Y tal vez muchos se hayan hecho la pregunta: ¿Con todo ese espectáculo allí arriba, que hacemos en la platea?

Me parece que el modelo artístico histórico de una minoría con acceso a los escenarios y una mayoría astronómica condenada a observar desde la platea, está siendo corroído por el ácido de algunas nuevas tendencias. Tendremos un futuro de cada vez más artistas en el circuito no-comercial y cada vez menos público para ellos. ¿A que conduce esto? Como el público habitual parece no crecer en la medida que debiera, entre varias razones por lo inélastico y decadente de las estructuras que manejan los formatos de mediación convencionales, se puede llegar a dar la paradójica situación de que la única audiencia posible para esa multiplicidad de expresiones sean los propios artistas.

Tal vez eso ponga en crisis el viejo formato derivado de las épocas cortesanas donde el artista es siempre una deidad excepcional frente a miles de pasivos y embelesados espectadores. Si se consolida la tendencia, tal vez en un futuro se puede imaginar una platea y un escenario que estarán ocupadas por colegas, y se habrá perdido para siempre esa abismal lejanía entre estrellas y estrellados. Todos serán espectactores, escrilectores o musioyentes. El hambre de protagonismo expresivo es una fuerza latente enorme en vastos sectores sociales, abrir canales que puedan contenerlo tiene un efecto imparable en su expansión. Al menos en lo que podríamos denominar “el under” esta parece ser una tendencia que también actúa como única salida posible de comunicación.

Tomemos los casos del cine, la música, la literatura y el periodismo. Entre las linternas mágicas es impresionante el crecimiento de la cantidad de jóvenes consagrados a la tarea de formarse para “hacer cine” así como la circulación vía web de material en formatos digitales, al tiempo que disminuye el número de espectadores en salas o de alquileres de videos hogareños. En el campo de la música los discos editados por un puñado de contratados por las grandes compañías, otrora formadores de un verdadero monopolio, conviven con el enorme crecimiento y fragmentación de la música grabada disponible a través de ediciones independientes y caseras, más la bomba difusora de los programas que permiten intercambio vía descarga web y acceso a miles de alternativas musicales de todo el mundo. En el ámbito de los textos e imágenes, la industria editorial, a pesar del surgimiento de ediciones pequeñas o familiares, es un filtro que deja pasar más bien una cantidad ínfima de líquido textual comparado con la catarata que empuja por entrar. Internet, al abrir posibilidades de comunicación inéditas entre autores y lectores, inaugura un canal aliviador enorme. Ha aumentado la circulación de libros en formato digital y eso se suma el trascedente despegue de los blogs y websites temáticos que ponen en contacto a una infinidad de escrilectores. Si uno compara el esfuerzo, por ejemplo, que significa luchar para sacar y distribuir una edición de entre 500 a 1000 ejemplares, las posibilidades de ser leído en la web si bien son reducidas en primera instancia, el efecto multiplicador creciente de la difusión cotidiana, y el acceso paralelo a públicos de muchos países, pueden permitir una circulación que alcance cifras muy interesantes.

Todos estos fenómenos tienen en común el facilitar la producción cultural de los creadores a través de posibilitarles concretar sus trabajos en soportes concretos aptos para ser difundidos, lo que hace aumentar el número y diversidad de creadores ante el estímulo de una concreción objetual de su trabajo relativamente cercana y accesible. Estos cambios no debieran ser subvalorados, son muy trascendentes y conmueven de raíz los preceptos que han guiado a la poderosísima industria cultural durante décadas, y lo que es más importante cambia nuestro modo de disfrutar y de crear cultura. Ante ellos los senderos que se abren son insospechadamente inquietantes, presagian mutaciones que van desde lo sombrío hasta lo delicioso.

Un análisis convencional inferiría de este planteamiento presentado una conclusión política de Perogrullo: estamos ante un proceso de democratización cultural. Mi lectura se despoja y aleja de cualquier enfoque de este tipo, y se ajusta el cinturón de seguridad para viajar a las vecindades del registro psicosocial individual, donde si existe un democratización – así como término metafórico- es la de los egos. La otrora desproporcionada ecuación entre multitud de consumidores y minoría de productores de cultura fue mutando de modo galopante hasta quedar distorsionada. En el ámbito de la producción artística esto es crucial. La democratización de los egos pone a punto caramelo la capacidad de expresión de sectores que ya no soportan solamente el simpático rol pasivo de ser solamente admiradores culturales. En la literatura, para quién posee la fuerza y el fuego de la vocación textual, la condena a ser un eterno lector era de algún modo reconocerse como un instrumento perpetuo del deseo del otro. Pero hoy día en esta selva unificada, el elixir de la inclusión y el reconocimiento puede devenir de lujo a necesidad básica indispensable para una vida siquiera vegetalmente digna.

Tino Hargén

julio 25, 2005

El otoño de los intermediarios textuales?

Los sistemas que mediatizaban obligatoriamente la relación entre el autor y el lector, y por lo tanto la controlaban casi totalmente, pueden llegar a quedar malheridos, o al menos privados de su omnipotencia. Muchas y muy profundas son las consecuencias esperables de la proyección en el tiempo de está auténtica emancipación del acto textual respecto del complejo industrial-institucional que lo dominaba. Como en cualquier otro orden la vida, la virtual liquidación de intermediarios y la propagación de la costumbre del trato directo entre ambas partes de una relación, abre posibilidades muy dinámicas y creativas. Tanto que no es descabellado pensar en un cercano paso a la obsolescencia de toda una forma dominante de construir y administrar cultura. Si bien se dirá que para posibilitar esa relación en la web es imprescindible un mínimo soporte material que implica una mediatización al fin –una computadora y el acceso a Internet que no es poco-, resultan abismalmente más accesibles a la mayoría de los actores culturales que el resto de los medios conocidos. Su poder limitador es casi insignificante frente al de aquellos citados que constituyen la institución de lo establecido. Ahora bien, está liberación de intermediación que permite el entorno web en el caso cultural no implica una independencia de estos tráficos respecto del sistema de poder establecido. Es sólo un aprovechamiento posible de la naturaleza de un negocio diferente. El poder económico no ha de abandonar ningún campo en su intento de facturar algún dividendo por cada instante de la vida de la personas, sólo que de tanto en tanto los intereses de algún negocio más poderoso suelen sepultar a otros caídos en desgracia. En este caso las grandes empresas que manejan las redes de comunicación electrónica y el software, por cuestión del peso propio de su crecimiento, es probable que le estén ganando la pulseada a algunos viejos dinosaurios de la industria cultural.

julio 06, 2005

Exponencial ( cuento )

Fui a la exposisión de arte porque días antes un conocido me la recomendó. El solía verme en la biblioteca cuando ambos nos dirigíamos a tomar prestado algún libro.

_ ...Es en una galería muy coqueta del centro...tiene una buena presentación formal...hay un verdadero arte sentido.

La síntesis de mi conocido bien informado tuvo ese sinfónico efecto de provocarme curiosidad, no se si por la exposición que mencionaba o por él. Es notable como hay gente que define las cosas con pocas palabras intrigantes.

No transcurrieron ni dos días y una tardecita ya estaba allí. Todos los concurrentes a la exposición eran netamente exóticos. Amanerados sin llegar a homosexuales ostensibles, energúmenos de traje y anteojos sospechosos, algunos con aires intelectuales demasiados burdos o con signos de no haber trabajado en sus vidas. Pero nadie daba señales de ser demasiado importante.

La sala era longitudinal. Ambas paredes laterales estaban iluminadas por spots, uno cada metro y medio. El público se movía extrañamente, como formando grupos de charla pero abandonándolos de repente para seguir caminando. Todavía no había podido descubrir que era lo que allí se exponía, dada la ausencia notable de cualquier objeto de los habitualmente reconocidos como partes integrantes del arte. Caminé como siguiendo a los demás y vi como un hombre se acercó a una de las paredes laterales y se puso debajo de un spot. Dos se le acercaron y el hombre les comenzó a decir.

_ Un plato de café señor esclavo ? Una taza de azúcar estimado Dr Insignificante o más bien una cucharada de whisky Dr. Asalariado Saenz Decadente ?...Padres hemos tenido todos pero en el futuro de la sociedad globalizada los hijos ya no pertenecerán a los padres...Se cambiarán el nombre y el apellido si no se ajusta a la moda. Se harán cirugías estéticas y éticas a la identidad que les dejamos.....

El hombre cesó de hablar y tras unos segundos se fue junto con los otros dos que nada dijeron. En el fondo de la sala el acople de un micrófono me hizo sospechar que algo asi como una charla iba a comenzar. Pero no se trataba de una charla o conferencia en el sentido tradicional, sino que un señor tomó el micrófono de tipo inalámbrico y comenzó a hablar mientras recorría la sala, esquivando a la gente que no se agrupaba más que de a dos o de a tres.

_ Señoras...señores - decía mientras caminaba y todavía nadie le prestaba demasiada atención- antes, simplemente antes, alguien se acercaba a ustedes para decirle que había caído la demanda de hermandad, que los pies estaban en la tierra pero la cabeza estaba enterrada a varios metros de profundidad....entonces la lógica y la tradición eran amor al error, terror al dolor, impotentes gratuidades de la intrascendencia....

Ahora se había detenido en el extremo de la sala, como haciendo una pausa para esperar mientras la espontánea reubicación de la gente en torno a él parecía indicar que ahora si se iba a desarrollar algo así como una conferencia.El señor retomó su discurso:

_ Yo, que ostento el título de Licenciado en Manipulación de Masas Ingenuas, doy comienzo a este discurso híbrido, romántico y oportunista....Exaltaré a algunos héroes míticos que no resisten la menor oposición de los ignorantes, por haber sido demasiado célebres como para negarlos....Luego homenajearé el culturoso legado de otros tantos cadáveres imbéciles que por estar muertos, no pueden vencer a nadie y han sido perdonados en su éxito...Entonces, cuando haya pedido todo los perdones y las disculpas que la gente espera, haré estallar la más fanática propaganda de mi ego.....

El señor terminó la frase bastante excitado y observé como la atención de los presentes estaba fijada en él con inusitada firmeza, cosa extraña en gente que me había parecido era bastante flotante. Yo sospeché que el señor iba a continuar desarrollando lo que parecía un discurso filosófico interesante, pero imprevistamente giró y caminó hacia la otra punta de la sala para guardar el micrófono.

Comencé a sentir la necesidad de hablar con alguien. Me asaltaba la obvia pregunta de que era lo que exponían, pero temiendo pasar por un desactualizado pajuerano de la postmodernidad, me incliné por la táctica de conversar con alguien de modo natural y averiguar algo más de todo eso.
Me acerqué a un hombre solo, que estaba apoyado contra la pared, con la cabeza justo debajo de un spot que iluminaba su canosa cabellera. Estaba vestido con elegante frivolidad. El señor del micrófono pasó delante de él y se saludaron con una sonrisa pero sin pronunciar palabra ni hacer gesto alguno. Rápidamente me puse a su lado.

_ Buenas tardes.....sabe una cosa señor... creo que los que organizaron esta exposición han logrado realmente reivindicar la verdadera esencia del arte...

Logré por lo menos que me mirara muy atento y sorprendido. Lo coloqué en ese estado de confusa mistificación necesaria cuando alguien no sabe si el otro dice algo coherente, superficial, profundo o burdo, ya que unos pocos segundos no son tiempo suficiente para diferenciar una frase idiota de una revelación esclarecedora. El señor movió su cabeza y se llevó la mano al mentón como meditando lo que yo había dicho. Inmediatamente me sentí cómodo, suelto y recordé una vieja táctica que solía aplicar en conversaciones sesudas: hacer una cita de un autor que no existía.

_ Lo que quiero expresar, señor-proseguí sin darle tiempo a hablar- es la postura que sostiene un crítico de arte americano, pero de origen polaco, Yksto Voltak, que sostiene que cuando un sujeto se enfrenta a la percepción del arte y encuentra un vacío de objeto, una ausencia de reconocimiento de esquemas o códigos preestablecidos, entonces ese aparente desconcierto lógico es la punta del verdadero sentido del hecho artístico...

Después de esta frase yo ya estaba jugado. Algo debería responderme y entonces encontraría alguna pista sobre esta estrafalaria reunión. El señor se cruzó de brazos y por fin pareció decidido a dirigirme la palabra.

_ Su amigo Voltak tan sólo se animó a cantar una sencilla canción de cuna para intentar hacer dormir a un león enbravecido.....Esa ausencia de objeto de la que habla no es tal en ningún caso... bueno, pero usted hizo primero una afirmación sobre lo que sucedía aquí y fué como un elogio a los que organizaron esto, dijo usted....Le interesaría conocer a uno de los organizadores..?

El señor se comió lo de Voltak pero ahora mi inquietud aumentaba, ya que el ambiente no cambiaba, habían ingresado algunos más y casi todos parecían conocerse. Le respondí que si y me pidió que lo acompañara. En ese momento me acordé de mi conocido de la biblioteca y me pregunté porqué se le habrá ocurrido invitarme a venir aquí. El señor se acercó a uno de traje negro y anteojos.

_ Hermes, el amigo desea conversar sobre el sentido de esta exposición....

Y me dejó con el de anteojos, sin preguntar nombre ni dar más referencias. Por lo menos dijo “exposición” lo que me tranquilizó un poco.

_ Amigo, como organizador de este evento quiero expresarle mi agradecimiento por su participación...

Cuando terminó esta frase hasta pensé que se trataba de una broma televisiva, pero después lo descarté.

_ Nosotros -prosiguió- hacemos arte en un mundo que lucha por destruir cualquier necesidad de expresión.... Por eso invocamos la exposición del artista y no de la obra. La separación artista-obra, sujeto-objeto es una imposición conceptual del positivismo industrialista, que tan solo valora al ser humano en la medida que es productor de objetos...es decir como máquina.... Entonces porqué no dar alguna vez espacio para contemplar lo maravilloso del otro? Del sujeto liberado de la esclavitud de producir ? O acaso no somos merecedores de admiración nosotros como sujetos de arte ?. Filosófica o teológicamente encontramos fundamento a esta postura, la egolatría es una manifestación necesaria ante la carencia de espacios donde exponer el ser legítimamente. Esta es la exposición de arte donde se exponen los que se consideran dignos de exponerse. Como en cualquier muestra, el visitante deberá descubrir mediante el diálogo estético con el sujeto expuesto, las cualidades artísticas ofrecidas por cada expositor.

Me crucé de brazos delante del organizador, dejando que terminara su cada vez más locuaz explicación de lo que en ese lugar sucedía. No podía dejar de intervenir, ya que me abrumaba pensar que realmente fuera una idea original, casi que si lo aceptaba tendría que reconocerme como un tonto engañado.

_ Si señor, creo ver en todo esto una propuesta provocativa. Sería muy difícil tras una breve impresión examinar si se trata de una reivindicación artística sustentable o tal vez tan sólo un efectismo publicitario. Pero aparte de eso, porqué no se informa a los que concurren acerca de este concepto, es que acaso juegan con la intriga del visitante para ver que cuestionamiento provoca su inquietud por saber que cuernos es lo que se expone ...?

Esta pregunta sólo buscaba que mi interlocutor creyera que yo ya había digerido el impacto que me provocó conocer la verdad.

_ Usted ha captado unos de los sentidos intencionalmente indicados por este acto. Alguien logrará tan sólo pensar por un instante ante la ausencia de objetos reconocibles, que los sujetos despojados de la obligación de estar acompañados por ”La Obra ”, bien podrían ser dignos de ser considerados arte ?

El señor prendió un cigarrillo y sentí que era una buena oportunidad para alejarme de él. Lo saludé cortésmente y comencé a recorrer el salón hacia la salida. Quizá otro día pudiera analizar si esto realmente era una propuesta aceptable o más bien una de las tantas excentricidades de algún pseudo filósofo del arte con tiempo y dinero para invertir en estos divertimentos.

Algunos hablaban frente a dos o tres que escuchaban, otros recorrían la sala mirando las paredes, mirando a los demás y quedándose a la espera de vaya a saber qué. Ahora suponiendo que lo que me dijo el organizador fuera cierto, me preocupaba no poder distinguir entre los que se exponían a si mismos y los desprevenidos o prevenidos visitantes. Casi a centímetros de la salida veo la elegante figura de mi conocido de la biblioteca. Me sentí ante él desconcertado. Por un lado sentía deseos de fabricarle una especie de venganza, como si hubiera sido yo la víctima de una broma o una trampa. Y por otro veía la posibilidad de jugar su juego como modo de romper su aparente secreto.

_Hola, como estás- lo saludé amigablemente- te agradezco la recomendación, hubiera sido una pena perderme una idea tan originalmente profunda....

_ Gracias.... de veras te agradezco....perdóname que no me atreví a decirte toda la verdad de esto, es que todavía siento cierto pudor en invitar a alguien a un lugar donde me expongo ... inseguridad del artista novel le dicen, no?...Bueno, gracias de vuelta y espero que te guste lo mío y lo de los demás ......

Y me dejó, como envuelto en un mar de confusas sensaciones de inferioridad. Cuando ya estaba en la calle me giraba en la cabeza una bola de nieve que por momentos me llevaba a burlarme de aquello como de toda una graciosa farsa de un par de delirantes, y por otros me hacía sentir la víctima de una patada a mi riñón intelectual. Cuando ya estaba como a diez cuadras del lugar supe que lo que realmente me había dolido en todo caso, era que no me hayan invitado a exponerme.

Tino Hargén