Fui a la exposisión de arte porque días antes un conocido me la recomendó. El solía verme en la biblioteca cuando ambos nos dirigíamos a tomar prestado algún libro.
_ ...Es en una galería muy coqueta del centro...tiene una buena presentación formal...hay un verdadero arte sentido.
La síntesis de mi conocido bien informado tuvo ese sinfónico efecto de provocarme curiosidad, no se si por la exposición que mencionaba o por él. Es notable como hay gente que define las cosas con pocas palabras intrigantes.
No transcurrieron ni dos días y una tardecita ya estaba allí. Todos los concurrentes a la exposición eran netamente exóticos. Amanerados sin llegar a homosexuales ostensibles, energúmenos de traje y anteojos sospechosos, algunos con aires intelectuales demasiados burdos o con signos de no haber trabajado en sus vidas. Pero nadie daba señales de ser demasiado importante.
La sala era longitudinal. Ambas paredes laterales estaban iluminadas por spots, uno cada metro y medio. El público se movía extrañamente, como formando grupos de charla pero abandonándolos de repente para seguir caminando. Todavía no había podido descubrir que era lo que allí se exponía, dada la ausencia notable de cualquier objeto de los habitualmente reconocidos como partes integrantes del arte. Caminé como siguiendo a los demás y vi como un hombre se acercó a una de las paredes laterales y se puso debajo de un spot. Dos se le acercaron y el hombre les comenzó a decir.
_ Un plato de café señor esclavo ? Una taza de azúcar estimado Dr Insignificante o más bien una cucharada de whisky Dr. Asalariado Saenz Decadente ?...Padres hemos tenido todos pero en el futuro de la sociedad globalizada los hijos ya no pertenecerán a los padres...Se cambiarán el nombre y el apellido si no se ajusta a la moda. Se harán cirugías estéticas y éticas a la identidad que les dejamos.....
El hombre cesó de hablar y tras unos segundos se fue junto con los otros dos que nada dijeron. En el fondo de la sala el acople de un micrófono me hizo sospechar que algo asi como una charla iba a comenzar. Pero no se trataba de una charla o conferencia en el sentido tradicional, sino que un señor tomó el micrófono de tipo inalámbrico y comenzó a hablar mientras recorría la sala, esquivando a la gente que no se agrupaba más que de a dos o de a tres.
_ Señoras...señores - decía mientras caminaba y todavía nadie le prestaba demasiada atención- antes, simplemente antes, alguien se acercaba a ustedes para decirle que había caído la demanda de hermandad, que los pies estaban en la tierra pero la cabeza estaba enterrada a varios metros de profundidad....entonces la lógica y la tradición eran amor al error, terror al dolor, impotentes gratuidades de la intrascendencia....
Ahora se había detenido en el extremo de la sala, como haciendo una pausa para esperar mientras la espontánea reubicación de la gente en torno a él parecía indicar que ahora si se iba a desarrollar algo así como una conferencia.El señor retomó su discurso:
_ Yo, que ostento el título de Licenciado en Manipulación de Masas Ingenuas, doy comienzo a este discurso híbrido, romántico y oportunista....Exaltaré a algunos héroes míticos que no resisten la menor oposición de los ignorantes, por haber sido demasiado célebres como para negarlos....Luego homenajearé el culturoso legado de otros tantos cadáveres imbéciles que por estar muertos, no pueden vencer a nadie y han sido perdonados en su éxito...Entonces, cuando haya pedido todo los perdones y las disculpas que la gente espera, haré estallar la más fanática propaganda de mi ego.....
El señor terminó la frase bastante excitado y observé como la atención de los presentes estaba fijada en él con inusitada firmeza, cosa extraña en gente que me había parecido era bastante flotante. Yo sospeché que el señor iba a continuar desarrollando lo que parecía un discurso filosófico interesante, pero imprevistamente giró y caminó hacia la otra punta de la sala para guardar el micrófono.
Comencé a sentir la necesidad de hablar con alguien. Me asaltaba la obvia pregunta de que era lo que exponían, pero temiendo pasar por un desactualizado pajuerano de la postmodernidad, me incliné por la táctica de conversar con alguien de modo natural y averiguar algo más de todo eso.
Me acerqué a un hombre solo, que estaba apoyado contra la pared, con la cabeza justo debajo de un spot que iluminaba su canosa cabellera. Estaba vestido con elegante frivolidad. El señor del micrófono pasó delante de él y se saludaron con una sonrisa pero sin pronunciar palabra ni hacer gesto alguno. Rápidamente me puse a su lado.
_ Buenas tardes.....sabe una cosa señor... creo que los que organizaron esta exposición han logrado realmente reivindicar la verdadera esencia del arte...
Logré por lo menos que me mirara muy atento y sorprendido. Lo coloqué en ese estado de confusa mistificación necesaria cuando alguien no sabe si el otro dice algo coherente, superficial, profundo o burdo, ya que unos pocos segundos no son tiempo suficiente para diferenciar una frase idiota de una revelación esclarecedora. El señor movió su cabeza y se llevó la mano al mentón como meditando lo que yo había dicho. Inmediatamente me sentí cómodo, suelto y recordé una vieja táctica que solía aplicar en conversaciones sesudas: hacer una cita de un autor que no existía.
_ Lo que quiero expresar, señor-proseguí sin darle tiempo a hablar- es la postura que sostiene un crítico de arte americano, pero de origen polaco, Yksto Voltak, que sostiene que cuando un sujeto se enfrenta a la percepción del arte y encuentra un vacío de objeto, una ausencia de reconocimiento de esquemas o códigos preestablecidos, entonces ese aparente desconcierto lógico es la punta del verdadero sentido del hecho artístico...
Después de esta frase yo ya estaba jugado. Algo debería responderme y entonces encontraría alguna pista sobre esta estrafalaria reunión. El señor se cruzó de brazos y por fin pareció decidido a dirigirme la palabra.
_ Su amigo Voltak tan sólo se animó a cantar una sencilla canción de cuna para intentar hacer dormir a un león enbravecido.....Esa ausencia de objeto de la que habla no es tal en ningún caso... bueno, pero usted hizo primero una afirmación sobre lo que sucedía aquí y fué como un elogio a los que organizaron esto, dijo usted....Le interesaría conocer a uno de los organizadores..?
El señor se comió lo de Voltak pero ahora mi inquietud aumentaba, ya que el ambiente no cambiaba, habían ingresado algunos más y casi todos parecían conocerse. Le respondí que si y me pidió que lo acompañara. En ese momento me acordé de mi conocido de la biblioteca y me pregunté porqué se le habrá ocurrido invitarme a venir aquí. El señor se acercó a uno de traje negro y anteojos.
_ Hermes, el amigo desea conversar sobre el sentido de esta exposición....
Y me dejó con el de anteojos, sin preguntar nombre ni dar más referencias. Por lo menos dijo “exposición” lo que me tranquilizó un poco.
_ Amigo, como organizador de este evento quiero expresarle mi agradecimiento por su participación...
Cuando terminó esta frase hasta pensé que se trataba de una broma televisiva, pero después lo descarté.
_ Nosotros -prosiguió- hacemos arte en un mundo que lucha por destruir cualquier necesidad de expresión.... Por eso invocamos la exposición del artista y no de la obra. La separación artista-obra, sujeto-objeto es una imposición conceptual del positivismo industrialista, que tan solo valora al ser humano en la medida que es productor de objetos...es decir como máquina.... Entonces porqué no dar alguna vez espacio para contemplar lo maravilloso del otro? Del sujeto liberado de la esclavitud de producir ? O acaso no somos merecedores de admiración nosotros como sujetos de arte ?. Filosófica o teológicamente encontramos fundamento a esta postura, la egolatría es una manifestación necesaria ante la carencia de espacios donde exponer el ser legítimamente. Esta es la exposición de arte donde se exponen los que se consideran dignos de exponerse. Como en cualquier muestra, el visitante deberá descubrir mediante el diálogo estético con el sujeto expuesto, las cualidades artísticas ofrecidas por cada expositor.
Me crucé de brazos delante del organizador, dejando que terminara su cada vez más locuaz explicación de lo que en ese lugar sucedía. No podía dejar de intervenir, ya que me abrumaba pensar que realmente fuera una idea original, casi que si lo aceptaba tendría que reconocerme como un tonto engañado.
_ Si señor, creo ver en todo esto una propuesta provocativa. Sería muy difícil tras una breve impresión examinar si se trata de una reivindicación artística sustentable o tal vez tan sólo un efectismo publicitario. Pero aparte de eso, porqué no se informa a los que concurren acerca de este concepto, es que acaso juegan con la intriga del visitante para ver que cuestionamiento provoca su inquietud por saber que cuernos es lo que se expone ...?
Esta pregunta sólo buscaba que mi interlocutor creyera que yo ya había digerido el impacto que me provocó conocer la verdad.
_ Usted ha captado unos de los sentidos intencionalmente indicados por este acto. Alguien logrará tan sólo pensar por un instante ante la ausencia de objetos reconocibles, que los sujetos despojados de la obligación de estar acompañados por ”La Obra ”, bien podrían ser dignos de ser considerados arte ?
El señor prendió un cigarrillo y sentí que era una buena oportunidad para alejarme de él. Lo saludé cortésmente y comencé a recorrer el salón hacia la salida. Quizá otro día pudiera analizar si esto realmente era una propuesta aceptable o más bien una de las tantas excentricidades de algún pseudo filósofo del arte con tiempo y dinero para invertir en estos divertimentos.
Algunos hablaban frente a dos o tres que escuchaban, otros recorrían la sala mirando las paredes, mirando a los demás y quedándose a la espera de vaya a saber qué. Ahora suponiendo que lo que me dijo el organizador fuera cierto, me preocupaba no poder distinguir entre los que se exponían a si mismos y los desprevenidos o prevenidos visitantes. Casi a centímetros de la salida veo la elegante figura de mi conocido de la biblioteca. Me sentí ante él desconcertado. Por un lado sentía deseos de fabricarle una especie de venganza, como si hubiera sido yo la víctima de una broma o una trampa. Y por otro veía la posibilidad de jugar su juego como modo de romper su aparente secreto.
_Hola, como estás- lo saludé amigablemente- te agradezco la recomendación, hubiera sido una pena perderme una idea tan originalmente profunda....
_ Gracias.... de veras te agradezco....perdóname que no me atreví a decirte toda la verdad de esto, es que todavía siento cierto pudor en invitar a alguien a un lugar donde me expongo ... inseguridad del artista novel le dicen, no?...Bueno, gracias de vuelta y espero que te guste lo mío y lo de los demás ......
Y me dejó, como envuelto en un mar de confusas sensaciones de inferioridad. Cuando ya estaba en la calle me giraba en la cabeza una bola de nieve que por momentos me llevaba a burlarme de aquello como de toda una graciosa farsa de un par de delirantes, y por otros me hacía sentir la víctima de una patada a mi riñón intelectual. Cuando ya estaba como a diez cuadras del lugar supe que lo que realmente me había dolido en todo caso, era que no me hayan invitado a exponerme.
Tino Hargén
2 comentarios:
¿Dijeron realmente todo eso, o alguien les había echado ácido lisérgico en las copas de champagne?
Es ficción Xenia, ficción!!!;-)
Te paso la da dirección de la exposición, andá: Harenales 03456, Buenos Haires, Hargentina.
Siento un deseo irrefrenable de explicar el cuento, pero no, los cuentos no se explican, bárbaro!!
Tino Hargén
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