El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

agosto 11, 2013

La única manera de hacer las cosas


La tragedia de calle Salta en Rosario que me tocó de cerca por haber sucedido a dos cuadras de mi departamento, no ha dejado de producirme sensaciones y reflexiones. Paso en limpio algunas.

 -Noté una ausencia total de reclamos y opiniones del elenco estable de periodistas y opinadores feisbuqueros que salían escandalizados a culpar al gobierno nacional de las tragedias ferroviarias. Claro, es una tragedia que no es “clarín friendly”, porque los responsables son una empresa originada en las sabias privatizaciones de los 90 y en Rosario y Santa Fe hay una intendenta y un gobernador opositor. Nadie sale a reclamar a los asesinos en potencia que mandaron a clausurar válvulas de corte sectorial de la red urbana de gas, para bajar costos de mantenimiento, lo que obligó a que los cortes haya que hacerlos picando el hormigón y aplastando el caño. El gas lo cortaron a las 12.21, casi 3 horas después de la explosión. Horas vitales que podrían haber salvado vidas. Es evidente que los que especulan políticamente con las tragedias desde la opo han quedado en evidencia.

-El operativo técnico y de seguridad obligatorio para determinadas tareas relativas a la construcción o el mantenimiento de instalaciones de servicios debiera ser proporcional a los riesgos potenciales que implican, para los trabajadores que la realizan, para el entorno y para las vidas de los habitantes que rodean el lugar. -Si en algún lugar de una ciudad se descubre una bomba de alto poder con posibilidades de estallar, se arma un operativo, se llama a una brigada de explosivos que es un grupo de ultra especializado con sofisticado equipo técnico para que intenten desarmarla, y se monta un operativo de seguridad en la zona, todo ello porque existe la clara percepción del riesgo potencial. En el caso del gas pareciera que esa percepción del riesgo no existira, entonces sencillamente se llama a Pepe y su ayudante para que jueguen a la ruleta rusa, sin más tecnología que una llave inglesa y metiendo el dedo o poniendo la nariz a ver si pierde. Es como si el riesgo proveniente de las fugas de gas a altas presiones fuera de otra categoría, algo del orden “doméstico”, que es capaz de hacer volar un edificio igual que un coche bomba cargado con 300 kg de explosivos, pero viste, nadie va a andar tomándose en serio ese rimbombante despliegue de “la seguridad” para algo que se arregla en un ratito.

-Manipular una cañería de gas a media presión que si se produce una fuga es capaz de convertir en minutos a todo lo que lo rodea en pasto de una brutal explosión, no puede ser puesta en manos de “su gasista matriculado amigo” Un tal Pepe con un ayudante, sin más “equipo” que una caja de herramientas. Cero seguridad, cero prevención, cero criterio, cero sentido común, cero todo, menos el riesgo de muerte para cientos de personas que asciende a cifras astronómicas. Es como poner a manipular el reactor nuclear de Atucha a un plomero. Debiera ser obligatorio montar un operativo de trabajo con grupos especializados. Técnicos con instrumentos adecuados verificar cortes. Especialistas en seguridad laboral y en seguridad pública asistiendo el trabajo. Y si aun asi el riesgo fuera difícil de bajar, evacuar el área durante su realización. Pero no. El “venían a cambiar el regulador” lo tomaron como un equivalente a “venían a cambiar el cuerito de la canilla”. -Los peritajes técnicos deberán despejar las incógnitas. ¿Hubo sobre presión? Fallo de materiales en las válvulas? ¿Accionamiento accidental de las mismas? El gasista creyó que la llave había cerrado. No se puede “creer”. En situaciones de extremo riesgo hay que comprobar. Para eso existen instrumentos.

-Litoral gas no debió rehabilitar el servicio si había que realizar un trabajo tan delicado como cambiar el regulador. O debió haber cortado el fluido con comprobación segura antes de autorizar la manipulación de las válvulas y el regulador vinculador a la media presión.

-La empresa responsable de la red actuó mínimamente con negligencia criminal. El ente estatal de control –ENARGAS- es corresponsable por no arbitrar controles y protocolos operativos que consideren los verdaderos riesgos de las tareas. Y todos los demás contribuimos a una falta de conciencia irracional. Empezando por los vecinos calientes ultra reclamadores que no se bancan tener cortado el gas 3 días, aun cuando fuera la única manera segura de hacer las cosas. Que debería ser la única manera de hacer las cosas.

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