El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

junio 30, 2012

El crimen de Almeyda

Relatar impersonalmente el desnudo curso de los hechos ayudará a hacernos una idea de lo espeluznante del caso. “A pocos días de obtener un ansiado campeonato, un director técnico de un equipo de fútbol, a plena luz del día y sin mediar palabras, asesinó a dos jugadores de su equipo, ambos figuras, uno de ellos el capitán”. 

En la Sala II de los Superiores Tribunales Futboleros de la República Argentina descansa por un instante una carpeta recién armada cuya carátula dice “El Estado del Fútbol c/ Matías Almeyda, p/ doble homicidio agravado”. Todavía no han pasado ni 72 horas de los hechos, del inesperado doble asesinato futbolístico que conmovió al país, y se puede ver al fiscal a cargo de la causa recorrer los pasillos de los Tribunales vertiginosamente. En su cabeza está tratando de recomponer las razones que pudieron llevar a Matias Almeyda, en pleno estado de euforia y felicidad por la obtención de un logro, a asesinar futbolísticamente a sangre fría a Alejandro Domínguez y Fernando Cavenaghi en la tardecita del martes 26 de junio de 2012. La escena pública se cubrió rápidamente de reacciones de indignación y repugnancia por el crimen, aunque algunos, minoritarios en número, dieron muestras de satisfacción por lo que entienden fue un ajusticiamiento, un acto impiadoso y brutal pero justo. La naturaleza del crimen había sorprendido hasta un veterano periodista futbolero, testigo de mil conflictos y episodios nacidos alrededor del mundo de la pelota. 

—Nunca vi una cosa igual, nunca…Casos de técnicos que se cargaron jugadores hubo muchos, pero como éste ninguno…Por las formas, por la manera de ejecutarlos, con esa rapidez, esa alevosía. Fijate que Domínguez seguramente desaparecería solo por razones contractuales, ¿que necesidad había de asesinarlo así?

Los crímenes en general responden a la explosión instantánea de oscuras tensiones acumuladas. Ingresar a los intersticios del caso hará aparecer de inmediato un contexto de volcánicas pasiones luminosas: egolatrías, liderazgos en pugna, delirios de grandeza idolátrica, pretendidos gestos épicos, lucha infatigable por adueñarse del heroísmo disponible, una infinita cadena de desmesuras emocionales que habilitan las reacciones más inesperadas.

El fiscal, por fin, realizó la primera rueda de prensa, improvisada cuando estaba por abordar su automóvil... 

—Les puedo informar que hallar el arma homicida fue sencillo, ya que a la vista de todo el mundo Almeyda los asesinó a través de una simple declaración mediática, pero no les puedo decir más nada porque rige el secreto de sumario… 

—Doctor, ¿es cierto que puede ser citado Trezeguet a declarar en carácter de testigo?

La pregunta no fue contestada y el fiscal partió raudamente gracias a los custodios que le abrieron camino. Sin embargo, como siempre sucede en estos casos, algunas fuentes dejaron trascender que el fiscal no descartaba imputar a Passarella como instigador del crimen, ya que habría encontrado sobrados elementos para sustentarlo. 

Aún cuando no sabemos en que terminará, si habrá condenas o impunidad, pasarán muchas décadas, rodarán muchos balones por los céspedes de los estadios del país, pero difícilmente se pierda en la memoria de las generaciones el recuerdo del crimen de Almeyda.

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