El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

junio 14, 2012

Ayuno de esplendor

Tener la paciencia de esperar. Esperar qué. El furor de la sensibilidad, ese capaz de detectar las mil espesuras del placer, los temblores indómitos del goce, pero también la capciosa pacificación de los transcursos, la funeraria manifestación del cansancio. Esperar. Ayunar. En la mañana más temprana y en la tarde más tardía.

2 comentarios:

Patricia Verón dijo...

Qué maravilla. Ya está en mi memoria.

Tino Hargén dijo...

Gracias por tu lectura y tus comentarios Patricia! Saludos