El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

abril 24, 2012

Post mortem



No aplacaré con lágrimas
lo que arde en la punta de mi lengua.
De más está llorar
por quien vivió en la holganza,
dando palos a cambio de abrazos y de querencia.
Ahora, en esta hora de la verdad,
en que tus pompas
se estrenan en lo duro y pelado de la tierra,
todo cuanto luciste, ufano y altanero,
pesa más sobre ti
como una losa a imagen y medida de tus restos.
¿Qué otra suerte esperaba
quien en vida olvidó, a su debido tiempo,
que también el poder y sus deidades
pasto son de gusanos, hálito de la nada?
Un áspero hierbajo se abre paso por dentro,
te hiende la cabeza, el pecho, los muñones:
es el estrago tenaz de la venganza,
su lenta mordedura, la soga del rencor,
únicas prendas
que ostenta la oquedad de tu memoria.

 
Rigoberto Paredes ( La estación perdida - 2001)

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