El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

diciembre 13, 2011

1000


El post número 1000

El post número mil de un blog cualquiera dista mucho de asemejarse al gol número mil en el fútbol profesional, pero para la dimensión fantástica que este autor habita, caracterizada por complejas deformaciones metafóricas de los valores naturales, existe entre ambos eventos una intangible representación proporcional: por lo que a continuación les informo que me acabo de colgar del alambrado y he pegado un grito atronador.

De todo este ejercicio irregular el foco temático siempre fue plural y hasta difuso, mayormente textos de opinión sobre cultura, política o literatura, decorado por algunas reflexiones filosóficas y otros tantos breves ejercicios de ficción, con niveles de elaboración que van de lo nulo a lo mediano. De sus momentos de mayor concentración han quedado textos que ha sido reproducidos en sitios colectivos como Rebelion.org y Nación Apache. Pero más allá de esto, lo curioso es que a fines de junio de 2005 comencé este blog, jamás detuve la publicación de entradas, como si fuera un ejercicio regular, mantuve la gimnasia de subir “algo” todas las semanas, con un promedio de dos o tres posteos. Y cuando los días de silencio se encadenaban, sentía la necesidad inexplicable de derramar otra gota, como si la constancia fuera una especie de elección estética, o tal vez mandato de forma vinculado a la obligación de un supuesto mantenimiento vital. Como si mantener vivo al blog tuviera que ver con garantizar un flujo constante y cíclico de latidos que no pudiera detenerse más de diez días so pena de dejarlo morir irremediablemente en la anoxia.


El verbo publicar

En esos primeros años -2005, 2006- se reflexionaba mucho sobre la misma herramienta blog, sus posibles alcances, su impacto en el mundo de la expresión al punto que hablar de si mismo se había vuelto uno de los sostenes temáticos tanto de los blogs encarados como diario personal como los que apuntaban a una orientación temática determinada –literarios, periodísticos, de opinión-. La relativa novedad de la herramienta generaba todo tipo de reacciones, muchas desde el desconocimiento; miedo, vergüenza, orgullo, rechazo, polémica.

Curiosamente una de las resistencias más notables la hicieron notar algunos escritores “tradicionales”, que habían adquirido su título habilitante de tales publicando un libro de papel casi como un rito iniciático, reaccionaban con cierta violencia a lo que entendían la pérdida de un privilegio dolorosamente adquirido, habiendo pasado los filtros naturales que cualquier organización, de haber participado de ese estresante juego del rechazo y la aprobación. A todo el medio en general les hacía ruido que el blog permitiera conjugar con cierta dosis de realismo el verbo “publicar”, especie de palabra sagrada capaz de suscitar por si sola enormes suspicacias y urticantes tensiones. Demasiados tabúes simbólicos rondaban el hecho de la publicación, su status de privilegio y su referencia consagratoria quedaban conmovidas frente a un sencillo juego electrónico que parecía burlarse de la dura realidad volviendo accesible para cualquiera un acto que se había forjado una sólida reputación de selectividad. De imponerse el blog y la publicación web independiente, la letra se vulgarizaría de un modo exponencial y el peligro era que cualquiera podía obtener el codiciado botín de ser leído casi como un juego, sin sufrir las “peripecias del no”, valga la casual contingencia de usar el título a la novela de Luis Chitarroni.

Por el lado de los medios la reacción fue moderada, algunos exagerados paranoides que nunca faltan la vieron al principio como posible amenaza, pero luego se impuso la astucia comercial y supieron absorber la herramienta para volverla de alguna manera complementaria a sus intereses. La realidad es que los blogs de opinión o periodísticos que podrían haberse perfilado como una canal alternativo de generación de contenidos no pudieran superar la dependencia de los grandes medios a la hora de generar esos contenidos, y se volvieron en su enorme mayoría meros divulgadores selectivos de materiales de esos grandes medios. Los enlaces a contenidos de grandes medios superan abrumadoramente a los enlaces a contenidos de otros blogs o medios alternativos, por lo que el blog es un espacio independiente y diferente en el que se pueden encontrar otras voces, opiniones e ideas, pero que nos devuelve demasiadas veces a los grandes medios de los que se supone representa una diferencia.


Pasado el impacto de esos años, los números de visitas bajaron, y la herramienta pasó a un plano de meseta. Tal vez su utilización en las campañas políticas y la agitación confrontativa que explotó sobre la faz de la tierra argentina después de conflicto con el campo, insufló un veranito de difusión a los blogs en tanto adquirían notoriedad los “blogs peronistas” o “blogs militantes”, denunciados por la oposición.

La tensión valorativa entre publicación web y publicación de papel ha seguido su curso más allá del blog. Sitios colectivos de compilación de autores han podido mantener cierto vigor y prestigio aunque siempre restringido a algo lateral en a medida que los grandes medios no le dan un lugar relevante. Su falla ha sido la excesiva dependencia del enlace a los medios tradicionales y la falta de contenidos propios. Que lo que se publica en los medios de mayor penetración fija forme una inevitable agenda es algo que no se ha podido superar.


Ni tan bueno ni tan malo

Pero existe otra sombra que lo rodea y que lo cubre de un manto de dudas. Siempre queda la sensación que lo que subimos a un blog –o a cualquier otro medio web- no es lo mejor que se nos ocurre, porque de considerarlo suficientemente bueno veríamos como un desperdicio el hecho de “quemarlo” en un blog y preferiríamos destinarlo a otro proyecto. El blog recoge apuntes del momento, flashes de actualidad, citas, frases, repentizaciones y pocos trabajos orgánicos, sea a nivel ensayo e investigación como en materia de ficción, narrativa y poesía; recibe los materiales que fluctúan entre aquello que sentimos no es lo suficientemente bueno como para guardarlo para un libro o una revista, y lo que no es lo suficientemente malo como para hacernos pasar un papelón. Lo valioso subido a un blog suena a regalado; no se bien por qué pero creo que en definitiva funciona así. En la medida que lo escrito en los blogs tenga alguna recirculación a medios de mayor prestigio y llegada, esa tendencia podría superarse.


El blog y las redes sociales

Las redes sociales han experimentado un impresionante crecimiento en los últimos tres o cuatro años, entre las cuales Facebook es la que por la ductilidad y amplitud de su formato ha capturado para si muchas de las funciones del blog. Dado que los blogs personales solo podrían tener una circulación mínima entre el pequeño grupo de lectores amigos y comentadores, publicar textos directamente en Facebook cumple a veces con mayor visibilidad la tarea de difusión, aún cuando sea la vista restringida a los contactos. Y una cosa que contribuye a ese efecto es que en Facebook un considerable efecto de recirculación, tanto como el que funcionaba en los blogs a través del enlace de posts de otros blogs. A menudo la gente que lee algo interesante de algún contacto propio en Facebook lo reproduce o enlaza y eso provoca cierto efecto de expansión difusora.

Twitter, con su tortuoso sistema de 140 caracteres que obliga a una expresión cuasi telegráfica, no reemplaza funciones del blog, pero acapara atención como entretenimiento adictivo, ideal para el intercambio de huevadas, la búsqueda de la frase ingeniosa o la forma de decir algo que muestre lo exquisito y exótico que somos. Pero en general ha crecido en lo social alimentada fundamentalmente por la posibilidad de acceder a una ficción de comunicación con el “famoso”, con el personaje mediático. Poder fisgonear lo que estos personajes dicen o se dicen constituye un atractivo irresistible para muchos, una canalización más al cholulismo genético que no deja de crecer en vastos sectores de la población. La idea de feedback es débil, casi simbólica, porque lo corriente es que el famoso que tiene 30.000 seguidores, siga solo a 50 personas y no lea casi nada de lo que escriben sus admiradores anónimos.


Larga vida al blog

Fue tan fácil crearlo como discretamente dificil fue mantenerlo, será por eso que todos los días me resulta absurdo solo pensar en la posibilidad de dejarlo morir.

3 comentarios:

Jorge dijo...

Felicitaciones Julio!

Udi dijo...

Felicitaciones ! Una luca de posts es una bocha !

Tino Hargén dijo...

Gracias Jorge y gracias Udi....Llegamos a la luca !! jajaa!