El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

junio 10, 2011

La consagración de Kovadloff


Para la tradición liberal, la distinción es la clave de todo discernimiento. ¿Que sería del conocimiento sin jerarquía ni autoridad de clase? Quedaría reducido a una confusa maraña de asociaciones informes sin ninguna esperanza de orientación comprensiva.

En el campo intelectual existen destinos irrevocablemente ligados al linaje, y separar lo accesorio de lo importante equivale a diferenciar lo monárquico de lo plebeyo. Los grandes medios argentinos en guerra santa contra la cultura populista están incrementando las contrataciones, las misiones y las unciones. A Jorge Lanata, apenas vendedor ambulante de módicos idearios de consumo masivo se le reservó una modesta admisión en las filas televisivas de los Marcelo Bonelli y los Santo Biasatti. A Beatriz Sarlo, un escalón más arriba, se la envíó en misión especial a un combate cuerpo a cuerpo contra las mismísimas hordas de 6,7.8. Pero a él, Santiago Kovadloff, verdadero reservista íntegro de la causa, que no ha escatimado dureza ni demostrado la más mínima grieta en su tajante y devastador desprecio por el gobierno, se lo nomina para la "Academia de Ciencias Morales y Políticas", de la mano nada menos que de una emotiva presentación de José Claudio Escribano, el abanderado en ejercicio de la lucha por el condicionamiento político.

Así el poder premia a sus intelectuales fieles, nobles y austeros, que se alejan de cualquier tentación.


No hay comentarios.: