El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

mayo 13, 2011

Cristina y las pujas extorsivas


El discurso de ayer de Cristina puso sobre la mesa una tarea más urgente si se piensa en preservar la salud presente y futura del proyecto oficial. Como dice Wainfeld en Página 12, cuando la oposición está en plena decadencia y el triunfo aparece más fácil que nunca, se agudizan las tentaciones, y por añadidura, las tensiones internas. Lo primero que aparece es evitar que las hordas corporativas hambrientas de poder despedacen anímicamente a la Presidenta antes de que llegue octubre, porque en la tentación que ofrece el contexto de una elección que se presenta casi ganada es inevitable que surjan apetitos exaltados y pujas encarnizadas. La pulseada por el vice es feroz, donde suena un ala militante que impulsaría un candidato proveniente de una línea de cuadros políticos muy bien formados en la gestión –como podría ser Juan Manuel Abal Medina- contra Héctor Recalde que sería el candidato de la CGT. La capital aparece más light pero igual hay presiones porque los sindicalistas coquetean y toman partido por unos contra otros. En la provincia de Buenos Aires es otro espacio denso, donde ya hay lucha entre los que quieren a Scioli y Sabattella, y donde para colmo a gente de la CGT se le ocurre azuzar la candidatura de Massita, enemigo jurado de Néstor & Cristina por traición desde las elecciones del 2009.



Nadie duda que la GCT es un actor importante dentro de la coalición oficial, y que su fuerte estructura le da sustentabilidad al proyecto, pero no hay que olvidar las características que surgen de su naturaleza. Sus genes corporativos hacen que traslade los mecanismos de “apriete”, esencia de su sangre combativa contra las patronales, a la lucha interna política. Cuando son parte de un proyecto les cuesta hacerse cargo de obedecer orgánicamente una conducción y terminan reclamando lugares como si fueran mejoras salariales, poniéndose en pose extorsiva, como si no estuvieran en el proyecto por convicción sino que fueran algo ajeno que se suma basado solo en razones de interés y están dispuestos a “patear en contra” si no se los satisface. Esa pose extorsiva con la que acostumbran a “dialogar”, enrostrando siempre las ventajas que daría tenerlos de amigos y no de enemigos, resulta muy irritante respecto de las prácticas políticas que se basan en la militancia por las ideas. No entienden que una disputa política interna no se dirime solo por demostraciones de fuerza corporativa al límite de la amenaza de operar en contra si no se los satisface, que hay mecanismos de participación que deben respetarse, que existe militancia y que debería existir cierto orden democrático y orgánico que coteje las voluntades. Cuando las cuestiones no los favorecen entonces se ponen en “autónomos”, son “el movimiento obrero” que sólo están para pelear por lo suyo, y no le deben obediencia a nadie. Las declaraciones de Piumato acerca de que la presidenta no se va a “suicidar” prescindiendo de la CGT sonarían directamente escandalosas para usar una terminología pinosolanesca, si todo el mundo no estuviera acostumbrado a tomarlas como si nada.



Pero hay una contradicción terrible a nivel general que pertenece al seno de sistema político argentino, que incluye por igual a la oposición y al oficialismo. Por un lado se alienta mediante una ley las elecciones internas primarias para todos, y por otro lado nadie practica la democracia interna a la hora de dirimir la puja por los cargos; no está instalada en la Argentina la democracia interna como forma de resolver las candidaturas sino los acuerdos palaciegos, las negociaciones entre líderes y los dedos que escogen candidatos. Desde el PRO donde Macri se suponía era el juez que elegiría entre Rodriguez Larreta y Micheti, hasta la candidatura del FPV en Capital donde se espera que el dedo de Cristina señale a Boudou o Filmus.



La construcción de poder tiene ese que se yo ¿viste?


1 comentario:

lilia dijo...

Hola¡ Coincido bastante con tu artículo, cuando la presidenta dice :-no muero por ser presidenta, ya lo di todo , te queda creer que son palabras dichas con absoluta sinceridad, que realmente lo siente así. y si no fue así, causó ese efecto.