El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

abril 09, 2011

Vivir para contar


Cuanto infinito placer de preservar el halo indescriptible de la experiencia se priva el ser humano por estar sometido a la necesisad de contarla, de mutilarla en expresiones inadecuadas o impropias para volverlas compartibles. Y lo que vale para la experiencia vivida recrudece más aún en la experiencia que se inventa. Porque tener que contar lo que se inventado es peor profanación de la esencia que tener que contar lo realmente vivido. Asi sucede que un cuento perfecto en el ámbito multidimensional de la bendita invención subjetiva se vuelve una caterva de vocablos comunes ensamblados por la sentencia de una ortodoxia idiomática bajo el mandato utilitario de ser comprendido por todos, o de satisfacer la expectativa de algún código por más desconcertante que este sea. Toda gema de vuelo, de sentido, de sensibilidad, de delirio, se vuelve hojarasca al tener que ser traducida usando palabras que ya son unidades de batalla, viejas y vencidas por el abuso social.

1 comentario:

Jorge dijo...

muy bueno!
Jorge