El pobre como objeto de culto. La devoción estética por todo lo marginal; ahora es el personaje preferido. Por aquí pasa la basura del "contestatarismo" posmoderno, mezcla de populismo adolescente y mercancía pop-art. Marginofilia fashion: fotografiar la pobreza con zoom, llevarla a la marquesina. El objetivo no es que deje de ser pobre sino volverlo estrella sin que pierda su status.
El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...
agosto 03, 2010
Pobres, pero estrellas
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