La encrucijada europea es asombrosa. Angela Merkel en Alemania osó regular el uso de cierto instrumento financiero, y no tardaron en saltar los gritos franceses e ingleses porque la medida fue “unilateral”. Pero cuando se habla de controlar mediante una autoridad europea los presupuestos de cada país la resistencia cunde en nombre del particularismo nacional.
Lo que buscan por todos los medios los grandes poderes financieros es escaparle a la regulación. No piensan privarse de la orgíastica plenitud de una fiesta especulativa que creen eterna.
Lo que buscan por todos los medios los grandes poderes financieros es escaparle a la regulación. No piensan privarse de la orgíastica plenitud de una fiesta especulativa que creen eterna.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario