El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

octubre 19, 2009

El menor de los análisis XVI

"Las filosofías del deseo, del lenguaje y de la estructura, lo que podríamos llamar "el pensamiento francés", es el pensamiento de la derrota; sólo vale deconstruir, poner al poder en negativo fotográfico, trazar los planos de las ruinas del mundo para concluir que todo es nada más que una cárcel y un manicomio de mierda, pero que cambiarlos no forma parte del deseo.

Y hoy tenemos a Niestzche que va camino de ser al pensamiento lo que Borges es a la literatura; un comodín para dotar al propio discurso de un referente de admirable indiferencia moral. Pero Niestzche, el atormentado adalid de la crueldad productiva, mató a Dios para liberar al espíritu fascista de escrúpulos morales, para quitarle el lastre de ese humanitarismo piadoso de monjitas que entre otras cosas decía que la vida de un débil valía tanto que los fuertes debían privarse de aniquilarla en pleno ejercicio de su condición. Marx en cambio mató a Dios en tanto consuelo de tontos; como receta de manipulación para amansar los espíritus de los explotados económicos"

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