El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

septiembre 27, 2008

La razón y la ración

Una militancia progresista hoy día se compra haciendo de la marginalidad un objeto de culto. Solucionar problemas no es asunto de los progres.; basta con ponerse del lado correcto, regalar apoyos incondicionales, simpatía y empatías automáticas, hacerse superficialmente solidario con los efectos y no comprometerse a la solución de las causas.


La solidaridad del discurso, la de la compasión fingida, no traerá el plato de comida a la mesa de los necesitados

El “Pizza con champán” de los 90 legitimó la devaluación moral de las clases dirigentes; el poder se justificaba a si mismo en tanto se lo ejercía para el goce de la frivolidad y el hedonismo. El “Pizza, birra y faso” fue la contracara rebelde que legitimó la unión indisoluble de lo bestial, lo juvenil y lo popular. La decadencia y la pudrición se convirtieron en sinónimos de la libre expresión popular, la cirrosis dejó de ser vista como una enfermedad para encarnarse en signo de una evolución libertaria.

El reviente pesado es quitado del prontuario de ultrajes del neoliberalismo para incorporarse a la lista de sus más prometedores indicadores de libertad. Es el siniestro trueque de la exclusión material por la inclusión espectacular; la miseria se vuelve patrimonio intocable de la humanidad.

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