Creatividad golpista a la boliviana

Bolivia se ha vuelto un oasis de creatividad golpista donde día a día el poder económico diseña y lleva a la práctica nuevas formas para sacarse de encima un gobierno elegido por el sufragio popular. Estaba bueno eso de tener un presidente indígena; en primera instancia lo aceptaron porque creyeron que era una cuestión marketinera, pero ahora que parece haberse tomado en serio algunas cuestiones de redistribución económica se les ha vuelto insoportable. Desde el autonomismo y la secesión hasta todo tipo de acto de pillaje entregan nuevas formas de destitución que no cejan en su afán de voltearlo. Digamos que armar un referéndum revocatorio de un mandato de reciente y legítima asunción suena ya algo muy extraño, más puede argüirse cierta lógica institucional y un fundamento de participación, pero lo que aparece ya como construcción imaginaria del mejor de los realismos mágicos es que tres prefectos (gobernadores) de las regiones ricas opositores a Morales hacen huelga de hambre para exigir la anulación de un impuesto a la renta petrolera que el gobierno sancionó para financiar un bono destinado a los ancianos. ¡Si Gandhi los viera!