El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

abril 15, 2008

Pequeño manifiesto de un ciudadano evolucionado

Encontrado en las barracas abandonadas de un cuartel cerca de las playas de Punta Lara. El título original era "Pequeño manifiesto del ciudadano común" y se presume que fue escrito por algún intelectual argentino que combatía al servicio del Ejército Universal.


“El hombre se enfrenta a dos pulsiones básicas en su vida social: el instinto de la justicia y el instinto del éxito. Uno lleva a la frustración y al fracaso con absoluta seguridad, el otro admite un escaso margen de posibilidad de salir realmente airoso pero generalmente siempre recompensa, aunque sea un poquito.

En ambos sueña con el heroísmo del reconocimiento. Pero alcanzarlo mediante el instinto de justicia es extremadamente improbable porque precisamente se trataría de un heroísmo verdadero que es utópico por definición. En cambio el heroísmo del éxito es más accesible en tanto es un falso heroísmo, un heroísmo fraguado, una afortunada cadena de engaños difícil de concretar pero no imposible si es que luchamos en busca de un resquicio o una falla en las defensas.

La vía del instinto de justicia hace al hombre esclavo de los escrúpulos morales, la del éxito le ayuda a perderlo, lo autoriza a capacitarse en la astucia de alto rendimiento, las trampas básicas de la manipulación avanzada y las destrezas más calificadas de la falsedad táctica. Le enseña a administrar sabiamente los modos de ser con respecto a los otros: cuando es momento de apelar tácticamente al amiguismo, a la obsecuencia y a la adulación forzadas o cuando es momento de aplicar los abandonos, las traiciones y los desplantes más arteros.

Toda otra consideración adicional al presente no será más que basura hipócrita envasada en libros de ocasión”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Somos humanos, para bien o para mal. Necesitamos reconocimientos, éxitos, razón... necesitamos hipocresía, la misma que ofrecemos, mientras nos alimente el ego.
Sentido de la justicia: efectivamente utópico y, por desgracia, alejado de las verdaderas intenciones de la mente humana. Qué le vamos a hacer...
Sin embargo, no somos tan malos, sabemos hacer música ;)

Anónimo dijo...

En estos días tuve unos quilombos y padecí a un abogado; observé que el estilo de negociación de éllos es una manera de ver y vivir la vida que va teniendo cada vez más adeptos ¿es la era de la negociación permanente?