El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

junio 11, 2007

Discurso inaugural del decano de la Facultad de Opinología

Autoridades educativas, personal docente y no docente, alumnos.

Seré muy breve.

Hoy se ven cristalizados los frutos de la pasión y la lucha de un grupo de intelectuales que un día se propusieron que la opinología tuviera lo que merecía: una facultad autónoma y reconocida. Los opinólogos de oficio hemos sufrido durante décadas un oprobioso menosprecio intelectual, una fría y desdeñosa indiferencia por los valores culturales y artísticos de nuestra disciplina cuando no críticas y burlas despectivas de parte de todos los estamentos de la cultura; tanto la popular como la de las academias. Lograr que el Estado reconociera el rango de esta carrera fue otra de las grandes luchas, extensas y crueles, que tuvimos que afrontar. Finalmente el peso de nuestro empuje derribó el muro de ignorancia y necedad de los funcionarios. En seis años más en las paredes de las casas de muchos de ustedes colgará un diploma que confirmará el título de Opinólogo. A ustedes, alumnos de primer año de la carrera, jóvenes inquietos y evolucionados que han creído necesario formarse en las milenarias ciencias y artes de la opinología, les toca la misión de fecundar con sus energías y sus voluntades esta casa de estudios.

La opinión es un preciado bien humano, una gracia del destino que debemos proteger como a un cristal. Si Descartes nos legó aquel “pienso, luego existo” que ayudó a construir la civilización de la razón humana, más de cuatro siglos después Hargén nos desafía a un camino sin retroceso ni final: “pienso, luego opino, existir o no ya es materia de debate”.

( aplausos….)

1 comentario:

Claudio Ramírez Avendaño dijo...

Los felicito: Como opinólogo aficionado, opino que no debería opinar sobre Opinología, así que me reservo el derecho a opinión.