El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

mayo 11, 2007

Encierro

Gracias…Hola, hola…bueno, parece que el micrófono está en orden…Bueno, buenas tardes, aquí estamos…antes que nada gracias a la gente del grupo Creértela por haberme invitado a estar aquí…bueno, después de las tan interesantes lecturas de Mariel y Hernán, me toca a mi acercarles un breve trabajo que escribí hace muy poquito, en circunstancias de hallarme de viaje por el interior. Ahí va…( carraspeo)

-Como todos los días enciendo la PC, abro el archivo y entro a mi texto para escribirlo. Entro a mi texto y cierro con llave. Me gusta encerrarme en él, me hace sentir protegido, contenido, siento que nadie puede meterse de golpe y enterarse de los entretelones de su construcción Mi texto es una pertenencia privada, necesita de mi soledad, dentro de él me puedo permitir todo aquello que no deseo que nadie más vea, no por pudor ni temor sino por simple necesidad de no ser mirado, perturbado por la lectura. Un lector a esta altura tan temprana del estado de elaboración de mi texto es un problema, una intromisión indeseable. El día que este texto esté terminado y concluido definitivamente seré el primero en salir a los cuatro vientos a darlo a conocer, lo abriré de par en par y buscaré que lo lea la mayor cantidad de gente posible, saldré a golpear todas puertas, como se dice. Pero en este momento no, lo que menos quiero es un lector invitado. No por una cuestión de desprecio por el lector, eh, nada que ver, se trata de la reserva natural que todos podemos tener cuando queremos hacer las cosas seriamente. Ah, perdón, no me di cuenta que había alguien adentro, discúlpeme, pensé que estaba sólo y cerré con llave, todo bien, pero ¿se podría retirar ahora por favor? Bien, gracias, no lo tome a mal, pero justamente habrá leído lo que decía, se trata de eso nada más. Gracias, no por favor, discúlpeme usted a mi. Ahora si, dos vueltas de llave, no hay más nadie en mi texto, la próxima vez voy a revisarlo mejor. Chau.

3 comentarios:

Jorge Arce dijo...

Hola: hacía algún tiempo que no venía por aquí. Me gustó mucho esto que leí, entiendo muy bien la sensación. Yo estoy retomando un viejo texto casi olvidado y siento muy familiar ese proceso al que te refieres. Un saludo

Tino Hargén dijo...

Bienvenido de regreso Jorge por aqui

Saludos

Jorge Alberdi dijo...

Tino, nunca estarás solo con tu texto; múltiples voces te acompañarán siempre desde el momento en que te transformaste en lector. Pero vale la pena jugar con esa ilusión.
Un abrazo