El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

octubre 15, 2005

De religión borgista

Este post es producto del crecimiento y la malformación de un originario comment a un artículo de werte en Las Piernas de Marlene


El borgismo se ha convertido es una omnipresente religión cultural argentina, y no deja de sorprender el altísimo nivel de acatamiento litúrgico que provoca en la blogósfera, en la librósfera, en la revistósfera y en toda otra “ósfera” de la que se tengan noticias. Aparte de volverse indiscutible se está tornando imprescindible como verbo, una cita de él cualquiera tiene a mano, como un carnet de la verdad en el bolsillo para sacarlo a relucir con la cuotita bien al día. Y ya las venden hasta en el subte, para la billeteeeera del hombreeeee y la carteeeera de la damaaaaaa. Su entronización no es nueva, pero si lo es su beatificación politeísta.

Como bien señala werte en el campo político por ejemplo, su ductilidad es pasmosa, parece de cerámica, es un fluido que adquiere la forma de su continente: hay un Borges de derecha y otro de izquierda, uno nacional y otro liberal. Y hasta hay un Borges peronista. En el campo cultural-literario ya se llega a los niveles del abuso, es un oasis de sangre universal: ¿quién no cita a Borges cada 200 palabras? Adquiere todos los usos, representa todas las banderas estéticas, allana todos los caminos expresivos. Puede actuar tanto de pasaporte a la condescendencia con el lector - una especie de bandera blanca o una cruz roja imposible de no respetar-, como de arma honorable de ataque, una filosa espada que se usa para agredir bien profundo en los tejidos, pero que a la vez obliga al agredido a recibirla con el más prístino de los honores.

Borges es el oráculo, hoy se lo cita para ilustrar ensayos de temas tan disímiles como la hipoacusia, la horticultura o la estrategia militar. Adquiere esa connotación de “totum opinológicum” solo reservada a casos como Maradona. Recordamos seguramente todos su popularizada ignorancia sobre el astro futbolero César Luis Menotti, ahora bien, ¿que nos hace suponer que no fuera igual respecto del mundo político? Algunas de sus citas, cuando los periodistas le rompían mucho las pelotas para que se "definiera" ideológicamente, recordaba alguna conexión con el pensamiento de Herbert Spencer, que algunos llegan a definir de anarco liberal o “anarco de mercado”.

Pero quiero marcar una diferencia: una cosa son las citas de las opiniones de un escritor sobre una materia determinada, y otra muy diferente es el emprendimiento intelectual del rescate del conocimiento y la sabiduría encerrada en sus obras. En la probable inconsistencia de las primeras estoy de acuerdo, pero respecto de las riquezas reveladoras que se pueden hallar en su obra mi visión es totalmente diferente. Sencillamente, está muy bien que nos apropiemos de la obra borgiana para extraer de ella sabiduría, la debe haber seguramente puesto que creo que la literatura es una de las formas del conocimiento, y la obra de Borges es arte literario en estado de brillo incandescente. Y la sabiduría rescatada es aplicable tanto en el orden de lo existencial, lo político o de la mecánica de calefones.

Borges aparte de portar un intelecto de probado brillo, era un personaje, no es un dato menor. Sus obras están unidas al recuerdo de su personalidad puesta de manifiesto en sus encuentros personales y en sus intervenciones mediáticas. No olvidemos que fue probablemente el primer prócer de la literatura apuntalado por la masividad de la televisión. Es demasiado en un solo tipo, gozar de semejante reputación de parte de la crítica especializada y de las minorías intelectuales de medio mundo, y además ser tan popular.

Es que el viejo está muy cerca de alcanzar la concreción de un sustantivo que él precisamente usaba mucho en su versión adjetiva: la unanimidad.

Ha cometido después de muerto la mejor virtud que puede cometer un hombre: ser unánime.

6 comentarios:

werte dijo...

La hiperinflación de entrevistas a Borges... está muy bueno compararla con la institución de las memorias, autobiografías, etc., que en general ha sido el modo en que los señoritos, literatos o políticos, producían un Yo para la posteridad. En cambio Borges lo hace a través de "géneros menores" como la entrevista, una cosa muy poco controlable. Hay una cosa pop en Borges, un juego permanente entre lo antiguo y lo moderno, que creo que tiene mucho que ver con su humorismo.

Jorge Alberdi dijo...

Tino:
sin perder de vista, por supuesto, la diferencia entre el hombre y la obra -anulación de la que cierta crítica abusó, generalmente para descalificarlo y ensalzar otros autores mediocres- esa condición actual de Borges, me recuerda viejas discusiones: en algún momento a JLB se lo ajustó al prototipo del autor de cierta elite, con una producción accesible solo a determinados cículos académicos, por oposición a otra figura que vendría a reperesentar a una literatura 'popular': Leopoldo Marechal. Ya hace muchos años (vos sabés que soy de los de más de 40 que andan por la red)noté que hasta la más humilde de las secretarias, o un despachador de gasolinaque quizá con suerte terminó un secundario, y técnico!, viajaban en el colectivo o en el subte leyendo alguno de los libros de Borges. Jamás encontré a nadie leyendo 'Megafón, o la guerra', o 'Adan Buenosayres'. Es paradójico, si pensamos en los destinos que a estos autores les destinó la 'inteligenzia', cómo se fueron instalando en la sociedad en general. Por cierto, lo intento, pero me es imposible recordar algún pasaje que citar de Marechal, aunque hace tiempo que no frecuento a ninguno de los dos.

Bardamu dijo...

Como dijera don Isidro Parodi alguna vez, en relación a don Borges: "Hasta ahora los lingüistas han tratado de comprenderlo, de lo que se trata es de leerlo" (Problema XI para Isidro Parodi).
Recuerdo que en junio de 1978, mientras hipócrita y bovínicamente se gritaban los goles de Kempes en la cancha de River, el viejo dió una conferencia sobre el sentido del Tiempo, a la que casi nadie concurrió.
Por su literatura y por cosas como esa no seré jamás objetivo: tiene mi respeto ganado.
Saludos.

Tino Hargén dijo...

Con comments así cualquiera hace un blog!

Veo que werte y Jorge lanzaron el hondazo sobre el mismo pájaro en pleno vuelo, la llamativa popularidad del Jorge Luis. Eran otros tiempos ( si Jorge, ya vamos a lanzar el panfleto cuarentista )que se yo, había menos íconos circulando, la prensa del proceso por ejemplo lo instaló en la popularidad al escogerlo como el modelo perfecto de "escritor" hegemónico, y quedó fuertemente arraigado en todas partes. Luego la democracia sumó su rescate a un nivel más "técnico" y basado en un conocimiento un tanto más profundo de su obra y su vida personal. Despúes se fue consolidando esa condición de abrepuertas universal: todos quieren apropiarse de un pedacito de su unanimidad para usarla en beneficio propio

Lo raro con Borges es que por más trillado que esté siempre hablarlo, citarlo, leerlo o entenderlo, queda la sensacíón en estos debates de que hay para mucho más...


Abrazos

Miguel P. Soler dijo...

Tal vez, la diferencia en la lectura citable entre Borges y Marechal, es que Borges escribía citándose. Esa condición fluorescente y desmontable de los textos de Borges, se puede rastrear en toda su Obra Completa. Borges es alguien que, aún manifestándolo siempre, vuelve sobre sí mismo (centrípeto).
En cambio, el igualmente maravilloso Marechal, escapa de sí mismo (centrífugo). Las citas de Marechal se corporizan: "Los Abuelos de la Nada", El Cuaderno Celeste que escribí en mi adolescencia, las imágenes y teorías de Xul Solar, el enigma encriptado sin solución de Arcángelo.
Por otro lado, me da gusto esta popularización de Borges; pero ojo, gran parte del trabajo estuvo en las profes de literatura de la secundaria, que alivianaron con su difusión, la compleja y divertida lectura de Borges. Un trabajo soterrado y progresivo, que aún continua.
A veces, "la crítica" piensa que B. es un combatiente polifunción, y lo hace combatir contra otros pokemons: Arlt, Marechal, Sábato, Nabokov. Sin embargo, fuera de atributos, superpoderes y áreas de influencia, no podemos negar la belleza artística de cada muñeco coleccionable.

PD: Me pasé de rosca con este peroratear multimediático, ¿no?

Salutte.-

Tino Hargén dijo...

Yo no lei mucho a Marechal y tengo un par de libros abandonados de él. Es que omo lector de "ficción" soy medio desastre en realidad, abandoné libros a las 30 páginas de todo tipo de celebridades -eso si, todos sacados de biblioteca, los comprados los leo si o si ;-)
Pero es por una cuestión de gustos y de momentos, siempre retomo autores hasta 15 años después.

Hoy día creo que Dolina es una especie de versión popular de Marechal, o le estoy errando fiero?

Abrazo