A riesgo de seguir sumando candidaturas al post más plomo del año sigo con mi escrutinio. Como decía el título del evento: no se ni por qué ni para qué.
Pampín
Me interesó el rescate de la oralidad y luego su connotación de plataforma de entrenamiento y ejercitación creativa. La oralidad no es patrimonio de todos los blogs pero los actualizados más frecuentemente la transitan. La reflexión es si ante esa oralidad que el blog ofrece como invitación se le puede oponer algún tipo de “escrituridad”. La pantalla es oral, pero de acuerdo a mi experiencia de leer mucho en este medio, hay una tercera posición, una escrituridad u oralidad de pantalla que es diferente.
Massei
Me sucede muchas veces cuando se refiera al blog, que a pesar que su argumentación es impecable y convincente, no le creo. Y no se trata de dudar de su sinceridad, en absoluto, es una cuestión meramente de diferencia de focos y miradas. En una ponencia precisa y amena partió de una muy interesante cita de los antecedentes del blog en el diario personal, la carta y otras yerbas. El antiguo diario a menudo se escribía para ser guardado bajo llave en espera quizá de un descubrimiento remoto, internet lo pone patas para arriba, es precisamente una ventana desde la conciencia de la necesidad de exposición probable, y de su construcción interactiva, el acto masturbatorio convertido en sexo grupal. Luego expuso ni más ni menos que la pontificación –en el buen sentido- de su modo de ser bloger, uno de los más comprometidos laboral y emocionalmente, y a la vez dueño de un llamativo registro de autocontrol racionalmente estable de su propia histeria y autismo. El blog como liturgia diaria del escribir sin razones pero poniendo la máxima entrega, como desayuno cotidiano opíparo del yo y su ulular narrativo, con aguda conciencia plena de que se dirige a ninguna parte.
Garbaztky
Recogiendo el guante del título, exploró literariamente la postura histérica del bloger, subrayando la insustancialidad de la escritura blogera. Un texto lleno de imágenes que de tener trasncripto seguramente releería con atención.
Vignoli
Me parece que su texto apuntaba a mostrar como la condena del blog a la pena no excarcelable de género menor en realidad no se puede despegar de la que pesa sobre la primera persona en la alta literatura. Noto en Beatriz que entiende que el precio emancipatorio que paga el blog sumado a su liviandad e intangibilidad congénita, liquida sus posibilidades de centralidad cultural, es impotente para bastarse a si mismo y hacerse respetar. Creo que es una postura muy atada a la idea de obra tradicional como objeto terminado y terminante, por eso se pregunta luego si el blog es la escritura que se separa de la idea de obra. Todo un campo para desarrollar donde será crucial suponer que el concepto de obra se halla al menos en trasnformación. Al blog, por ahora, yo no lo veo como género, más bien un lugra de vacacioens a donde los géneros acuden a distenderse. Tampoco lo veo menos obra que una colección de suplementos semanales de diarios acumulados en un año. De todos modos siempre queda la utilidad del borrador que varios rescataron en el debate posterior, los borradores a menudo son más valiosos que la obra corregida del autor.
Encore y fuga
Piro preguntó que definía al blog, nos quedamos casi todos callados y él mismo creo que dijo la data. Totalmente de acuerdo, si en vez de escupirnos la fecha ante cada cosa que subimos la plantilla blogger nos diera una serie de categorías como las que se pueden hacer con Html, Pagemaker, Flash o Dreamweave, supongo que estaríamos hablando de otra cosa.
1 comentario:
(grupal, sí!)
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