El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

diciembre 30, 2009

Año en liquidación


Observo entre los rayos de este terco temblor climático como se va vertebrando el final de un año que ya en su fase líquida viaja mansamente por la canaleta de los desechos. No es que se dirija hacia el olvido, buenos méritos hizo para ser recordado un poco más de lo previsto...


diciembre 24, 2009

Plantado






Donde reina la intoxicación
por monotonía
entre los ornamentos delictuales
de la supervivencia
soy apenas el promedio de asistencia
de mis ángeles guardianes
Una ruina de pasión decolorada
que transita el camino
rumbo al anacronismo

En las pausas
cuando me planto
todavía es para regarme y crecer...

diciembre 17, 2009

Hasta los periodistas tienen un blog


La masa menos crítica de la Argentina nos cuenta que cada vez más periodistas famosos tienen un blog. Uno celebra que estos muchachos puedan publicar en el blog lo que en los medios no les sería aceptado, tal vez por razones de higiene mental

diciembre 10, 2009

Una brizna de polvo en tu ojo




"...El verso que me da pie para hundirte está en el último acto y tu esperas sola y en silencio, esperando al apuntador, esperando al apuntador...."

diciembre 06, 2009

Los Padres Eternos del Rock Nacional


Profundo amante del rock como soy, con base en los grupos internacionales que supieron en los sesenta y setentas elevar al rock a una categoría de expresión contra-cultural de excelencia, mi actitud de admiración y respeto al Flaco Spinetta se basa más en el reconocimiento a su coherencia, a sus cualidades poéticas y los riesgos asumidos en sus propuestas armónicas, que en genuina emoción o delectación estética que me produjera su música.

A poco que supe que se hacía este recital, me pareció una muy buena idea y la celebré. Que un músico como el Flaco tan emblemático para el medio, con un público que lo ama profundamente, aproveche su convocatoria y organice un verdadero tour retrospectivo tocando con todas sus formaciones es realmente una linda idea que juega a favor de valores para mi muy plausibles como la recreación de un espíritu de comunidad musical que respeta las trayectorias históricas y hace base en los pilares de nuestra identidad. Y si también sirve para que se unan las generaciones dentro del público -padres, hijos, nietos- como sucede, pues mucho mejor; es una forma de mantener el viejo espiritu del rock vivo y fluyendo hacia el futuro un tanto protegido de la prostitución marketinera que lo acosa.

Pero este evento mostró una vez más un fenómeno que caracteriza al ambiente seguidor del llamado “Rock Nacional”: una especie de indulgencia tribal que conduce a sobrecalificar toda expresión en aras de un desmesurado optimismo idolátrico. Una de sus manifestaciones, por ejemplo, es el uso y abuso del calificativo "genio" que se aplica una y otra vez, y se extiende a casi cualquier hijo de vecino que haya manoseado un instrumento y haya formado parte de alguna banda de culto, concepto cpn el que también se señala en demasía a demasiados grupos integrantes de la medianía. Un público devoto que acude demasiado predispuesto a encontrar lo genial, apoteótico y sublime, y en ese trance va y lo encuentra tal vez aún alli donde no lo hay. Por ello, es díficil ponerse en sintonía con comentarios que parecen encontrar en toda versión algo sublime o en toda presentación rasgos alucinantes. Tal vez no se oiga nada más que otra versión de "Muchacha Ojos de Papel" como hay tantas, o un “Alma de Diamante” de Spinetta Jade, sin poder entender lo que dice la letra. Y ahí está la sensación un tanto amarga que se une a la celebración de estas verdaderas esperanzas colectivas: lo indesable en la historia del rock argentino es como estos "cultos" tan fuertes al Padre Luis Alberto y al Padre Charly ataron la libertad creadora de los músicos más dotados. Desde hace rato sostengo que el rock argentino necesita “desespinetizarse” y “descharlyzarse” de una vez por todas, matar a sus Padres Referentes Todopoderosos de una vez por todas en el sentido simbólico y creativo. Y estas liturgias poco contribuyen a ello aunque como dije antes si tengan otros aportes muy positivos.

En definitiva, ojalá se aproveche esa "mística" que generan en un público tan fervoroso como memorioso y predispuesto a agradecer, para que se mantenga viva la llama de un rock que pueda seguir siendo fiel a su esencia: rebeldía pero de la buena, de la que apuntaba a la excelencia artistica, al cuestionamiento de las estructuras de poder y la puesta en crisis de los estereotipos estéticos dominantes; y que se quite de encima de una vez por todas la caricatura de monigote a la que la industria lo fue reduciendo, imagen marketinera del reviente consumista, con el culto a la estrellita reventadita, falopera y excéntrica que queda bien con todas las modas, los gobiernos y los mercados de turno.

diciembre 01, 2009

La insuficiencia de una sola identidad



El Yo. El Otro. El Varios.

En el encierro
en el ocultamiento
de un instante de soledad
el Ser encuentra
el tesoro de un disfraz
la máscara mágica
que todo lo puede
cambiándole sólo el rostro.


La historia de una identidad es la historia de una contracción. Un uso en negativo de nuestra elasticidad que nos apabulla lentamente hasta aplastarnos. Nuestra identidad única es la que contrae deudas, contrae responsabilidades, y hasta contrae enlace. Nunca deja de contraerse en pos de impedir los empujes de un crecimiento que es por naturaleza transformador y diversificante. Somos la lucha contra la escisión, un empecinado volumen de obediencia contra el recurso divisorio que paradójicamente sería el único capaz de poder multiplicarnos.

Todos nos enseñan a sostenernos en este mundo con una única identidad, pero nada nos dicen acerca de cuál es el destino que debemos darles a las restantes que conviven en nosotros como deseo sin darnos tregua. Y comprendemos con el paso del tiempo que una sola identidad es una limitación asfixiante a nuestra capacidad existencial. Una cárcel absurda de estancamiento y monomanía, solo amparada en las ficciones narcisistas del auto enamoramiento. Conservamos y atesoramos nuestras estabilidades y constancias porque nos encariñamos luego de tanta estimulada repetición. La gente que nos rodea, para colmo, suele aplaudir y premiar estas permanencias.

La ley prohíbe portar más de un identidad y reprime rudamente cualquier trasgresión. El dividido, el escindido en Varios, es visto como un sublevado del propio deber de fidelidad a si mismo, un pecador de su inalienable originalidad. La multiplicidad resulta inaceptable a los ojos del mundo; ser múltiple es ser declarado en fraude respecto de las convenciones más elementales de civilización y cordura.

Nos han obligado a aceptar que no podemos ser otros, que jamás nos quitaremos las señales que nos codifican con un solo número y concepto, que uno solo es lo que es; del derecho y el revés como decía Serrat, aunque se equivocara como la paloma. La falacia suena afinada pero es falacia al fin; una simple receta de pobre sentido práctico insostenible a la luz del más mínimo instante de humanizante lucidez.

Calzándome la vincha


La lectura de Celeste y Blanca, la última novela de Guillermo Piro, hizo que me vuelva a calzar la vincha Apache