El lugar donde he sido mandado a vivir sin ninguna experiencia previa en el medio de la más huérfana inconstancia. El que me obliga a tomar por sorteo hasta la más inocente de mis decisiones, como la de creer en la más pálida idea...

septiembre 28, 2009

Alimentos amargos


Los sucesos de la ex Terrabusi (actual Kraft Food) han ocupado el centro de la escena pública. Desde la agrupación Carta Abierta se emitió una postura que generó en el blog Artepolítica un debate donde conviven buenas intenciones con torpes revanchismos, pases de factura y miserias ideológicas.

Nadie puede estar a favor de que caguen a palos a los trabajadores, pero estas escenas son mucha más que simples actos destinados a recibir condenas a violaciones de principios abstractos. Las lecturas apresuradas tanto como las demasiado globales llevan a entenderlo en términos de intercambio de íconos simplificadores; y eso es la garantía de enfoques siempre alejados de un buena aproximación a la realidad de los hechos y sus significados.

No me parece casual que esta empresa “provoque” a los trabajadores con actitudes como los despidos en razón de demandas que sonaban corrientes, razonables y hasta obvias, que además incluyan prácticas ya casi anacrónicas de “venganza” empresarial como el despido de delegados. marcados a causa de su combatividad. Tampoco que asuman una postura tan dura como las negativas a aceptar los dictámenes del Ministerio de Trabajo. Supongamos una hipótesis: se buscó o alentó con estos despidos arbitrarios e irritativos provocar en los trabajadores organizados en gremios combativos una reacción extrema como la toma que se sabía puede tensar las cosas de una forma terminante y llevar el conflicto al punto de una dificil y costosa -políticamente- resolución cuasi-represiva ¿Quién se beneficia de ello?

Tampoco me parece aporte mucho enredarse en una lucha de pureza ideológica alrededor del concepto “represión a los trabajadores” en abstracto fuera de las circunstancias del hecho. Hubo una toma de un establecimiento, la ocupación forzada es una medida de fuerza que no está amparada por las leyes de la constitución como la huelga, o al menos no está amparada de la misma manera. No se trató de una ocupación en circunstancias de abandono empresario, vaciamiento o pérdida de la fuente de trabajo asimilable a figura de recuperación o gestión obrera de subsistencia, sino como medida de fuerza ante un conflicto puntual. Por más sueños encendidos que tengan algunos sectores de la izquierda, no se puede vivir ocupando fábricas y autopistas sin que el estado hago algo si es que quiere seguir siendo estado. Si se legitima una ocupación a causa de un conflicto gremial por despidos el estado entra en un proceso de debilidad irreversible. ¿O se espera instalar el socialismo real de un día para el otro ocupando todas las fábricas del país confiando en que se respetará la máxima progre de “no reprimiremos trabajadores” contra un poder que casi destituye un gobierno sólo porque osó aumentar un impuesto? La justicia por mano propia no sirve fuera de una racionalidad de un proceso político.

Todos saben que el caos no es gratis, que generar actos como tomas prolongadas de establecimientos o el corte de autopistas, tienen un inevitable costo de desestabilización que paga el gobierno de turno. La mejor opción no creo que sea agregarle más temblor de piso al gobierno del que ya se ha ganado de parte de sus poderosos enemigos. El gobierno de los Kirchner apostó a regalar el espacio público como bien de uso político para miel de una izquierda un tanto primitiva que a veces pareciera alimentarse con el placebo del quilombo público, y lo único que consigue realmente es aumentar la popularidad de la derecha a la vez que garantiza de por vida la impopularidad de todas las ideas de izquierda que se asocian de inmediato a ese despelote descontrolado donde la ligan los que ninguna culpa tienen. Esta legitimación del uso del caos ya fue apropiada y usada por la derecha en provecho propio durante el conflicto del campo; lo que puso a un gobierno al borde de la inoperancia teniendo que soportar impávido un cuasi complot de bloqueo y paralización productiva igualable a un golpe de estado económico.

Releo en un un diario la declaración de un trabajador ante la pregunta "¿Que le reprocha usted al Ministerio de Trabajo?"

“Que teniendo el poder de policía dictaron dos veces una conciliación obligatoria, la empresa no la acató y no se la hicieron cumplir. La empresa avasalló un montón de leyes, como la que impide despedir a delegados con fueros. Trabajo tenía la fuerza necesaria para hacerla cumplir. Teníamos expectativas, pero nos terminamos dando cuenta de que tuvimos que enfrentarnos no sólo con la empresa, también con el sindicato, el ministerio y la Justicia”

Tal cual. Lo que debemos exigir es que se actúe contra la empresa con el rigor de la ley tanto como se actuó contra los trabajadores. ¿Por qué se habilitó el uso de la fuerza para hacer cumplir una resolución judicial en un caso y en el otro no? Si para que ellos cumplieran con el desalojo de la planta se apeló a la fuerza pública como dicen los libros, que suceda lo mismo con las medidas que debe o deberá cumplir la empresa dictadas por el Ministerio de Trabajo. Debe además blanquearse e informarse sobre la naturaleza del conflicto y el accionar de los empresarios y dirigentes sindicales. No se debería admitir si es que existió el hostigamiento de los grandes gremios oficiales a las minorías sindicales de izquierda; la plena democratización sindical es otra cuenta pendiente de este gobierno nac & pop, no todo se termina en la ley de medios.



Estragos humanos


El management empresarial francés tiene fama de duro y despiadado. Si se lo combina con las perras políticas de reestructuración empresarial, es urgente crear el departamento de Estragos Humanos.

septiembre 23, 2009

El blog de un director técnico


El directo técnico de Huracán, Angel Cappa, ejemplar extraño en su profesión por discurso progresista y su buena formación intelectual, tiene un blog. Realmente es algo novedoso leer un post con explicaciones sobre una derrota o la salida de un jugador y encima tener el coraje de habilitar comentarios.

El menor de los análisis XV



Liderazgos políticos en Argentina - La atracción por los adefesios intelectuales


Miraba y oía hace poco al precandidato presidencial Carlos Alberto Reutemnann y su imagen me devolvía el perfil de alguien primitivo, irresoluto, ávaro, amargo como un extracto de cardo. Los agrogarcas confían en él, obviamente tienen casi un espejo de su paleolítica avaricia, su tacañería genética y la áspera chatura de su visión socio-cultural.

¿El argentino siente atracción por las personas intelectualmente chatas a la hora de elegir dirigentes?

La inteligencia en el argentino está ligada a la soberbia y a la corrupción, por eso tienen mejor prensa los ladrillos que las lumbreras. Los campechanos de verba e intelección limitada han venido ganando puntos mientras que los ilustrados han generado cada vez más desconfianza. La pobreza intelectual pareciera que se asocia en mayor grado a la honestidad por contraste de una inteligencia demasiado ligada a la ingeniería de la corrupción, a la soberbia, al mirar a la gente desde una altura superior. Porque para el argentino mostrarse superior a otros como resultado inevitable de la exposición de la propia capacidad, es señal de una irritante soberbia de creerse superior ya que ambas cosas se han visto encarnadas varias veces en siniestros personajes.

Sueño con que algún día se pueda refutar esta perversa asociación que divorcia la humildad popular de la inteligencia activa


septiembre 21, 2009

La bola incandescente





Tras el fenómeno Del Potro, Omar Genovese repasa extensamente los secretos y significados del hiper profesional tenis actual. Rescato algunas reflexiones propias que dejé en su post a modo de comentario.


"Estupendo artículo Omar, que describe el proceso de generación del jugador de tenis actual donde la base humana, no solo formativa sino hiper-competitiva, comienza desde una edad sumamente prematura, ya que desde los 9-10 años se instalan casi los mismos hábitos y parámetros matemáticos y estadísticos de competencia que los del campo profesional.

A tu notable descripción del sentido del juego, apunto un par de características que creo lo hacen más salvaje, y acentúan la crudeza de la ecuación que relaciona el esfuerzo con la compensación de una inclusión.

Como espectáculo capaz de tener significación econónica, el tenis depende exclusivamente de un circuito internacional que es donde están las muy buenas ganancias. No existen circuitos nacionales o regionales con suficiente peso económico para ser salida laboral como en otro deportes. Tengo entendido que los interclubes y circuitos nacionales solo son buena salida profesional en Europa, pero en Sudámerica son muy superiores los gastos que le insumen a un jugador mantenerse entrenado que lo puede ganar pasando una o dos rondas de un Future.

Otra cualidad especial es la desmesurada duración de los partidos que lo lleva a combinar un deporte de resistencia con uno de precisión. Aparece, aparte de la fátiga muscular extrema -propia de especialidades de resistencia más no de precisión como las carreras atléticas de fondo - el enemigo público número uno del tensista que es la capacidad de repetición: en ningún deporte se obliga a una inhumana maratón de repeticiones de movimientos y destrezas técnicas de alta precisión como en el tenis. El básquet es el que más se asemeja, pero al ser un deporte de conjunto y al jugarse muchísimo menos tiempo, el número de repeticiones en precisión que le toca a un jugador por partido son infinitamente menores que las de un tenista de elite. Cuando vemos la estadística de un jugador de elite de una liga como la NBA (pongamos a un Kobe Bryant o un Manu Ginobili) vemos que ha tirado por ejemplo unas 12 veces para 3 puntos y unas 20 para 2. 32 situaciones de impacto en precisión y bajo extrema tensión en un match. Aún siendo dosificadas sus prestaciones atléticas por la distribución natural producto de la colectividad del juego, suelen ser sus fuerzas dosificadas más aún cuidando sus minutos en cancha para que entreguen su acción técnica en óptimas condiciones aeróbicas, sin desgastes mecánicos excesivos.

Un tenista puede que tire 32 veces en un solo game, de un partido que cuando llega a 5 set suele tener alrededor de 50 games. Puede un tenista sacar 100 veces bien durante un partido pero siempre necesita una nueva repetición perfecta y su error puede condenar todo lo hecho hasta ahí. Esta sensación de infinitud que lleva ejercer la repetición como necesidad durante tantas horas (es normal que los partidos disputados en Grand Slams superen las 3,5 horas) tiene consecuencias sobre la mente del deportista, aparte de las que provoca el desgaste atlético, que por más perfección técnica que haya desarrollado se ve torturado por una sensación de siempre una más y más inacabable que lo lleva a irregularidades impensadas.

En otro sentido más filosófico, entiendo que que el tenis moderno acaba por ser un paradigma casi puro del funcionamiento del sistema de exclusión-inclusión y la utopía del éxito en las sociedades de mercado. La inclusión de unos pocos a fuerza de la exclusión de una inmensa mayoría, nunca tan perfectamente encarnada.

Cuando se materializan estas excepciones como Del Potro, Nadal, o por casi cualquiera de los 50 primeros del ranking, aparecen a la luz los correlatos conceptuales que terminan de coser la brutal mentira en el sentido común “Esto demuestra que con sacrificio se llega”, “Se demuestra que cualquiera puede lograrlo”. Se hace un uso político de estas situaciones de encumbramientos deportivos. Son las mentiras puestas en status de verdad de sentido común con las que se apuntala el sistema de exclusión. La inclusión de uno entre millones se da por prueba irrefutable de la lógica virtuosa del sistema, una lógica a la que se presenta como justa y melodramática, que hasta tiene cierta simpatía por los humildes de origen que desde remotos pueblos llegan a hacer sus sueños realidad. Pero la inclusión siempre excepcional del número uno es la que prueba la exclusión de los cientos de miles, la excepción es utilizada para legitimar una regla contraria a la naturaleza del sistema. Se trata por todos los medios de abolir e invertir una vieja máxima nunca tan verdadera: la excepción confirma la regla, no la refuta. Lo que demuestra la llegada de uno y el fracaso de 10.000 es que con esfuerzo no se llega, dado que de esos 10.000 seguramente habrá al menos 3.000 que haya hecho el sacrificio y el esfuerzo mayor o igual que el que llegó.

Esta verdadera “lógica de lotería” o "lotería de la lógica" es usada por el poder económico como una especie de usina de capital simbólico que tiene por objeto demostrar que en la actual sociedad cualquiera puede hacerse rico, lo que proyecta colectivamente un sofisma de devastadora falsedad: si cualquiera puede hacerse rico, todos podemos ser ricos con el sencillo método de luchar para ello.

El modelo conceptual de la excepción como falsa demostración de la contradicción a la regla – o una regla de significado inverso- es tan antiguo como la humanidad y es usado como manipulación y consuelo de masas. El referente simbólico más original es el del perdón; para demostrar su “humanidad” y darle una recompensa emocional a las masas, los emperadores perdonaban a uno de cada cientos de miles de condenados a muerte, o bien solían cada tanto salvar a algún gladiador de los que se sacrificaban en los entretenimientos.

En definitiva, lo que tratan es de abolir una vieja máxima nunca tan verdadera: la excepción confirma la regla, no la refuta. Que uno solo se salve entre millones lo único que prueba es la condición asesina del sistema, ya que la insignificancia estadística de un salvado entre millones va de la mano de la significación de la abrumadora realidad ultramayoritaria"



septiembre 20, 2009

Las fábulas de Madison Helper



Vs: 12-344: De cuando Dios creó la palabra


I
Estaba el Siervo Elegido a pleno sol de un amanecer de hojas sibilantes dispuesto a trabajar la tierra en el feudo de un violento y cruel tirano. Este Siervo creía poseer dones especiales porque podía recibir órdenes y sugerencias directamente de Dios, lo que le permitía de algún modo abstraerse de los rigores de su feroz Amo terrenal.

II.
Esa mañana, como muchas, sintió de nuevo que la vocación del Señor venía directamente a sus oídos, y como siempre no de un modo imperativo, sino envuelta en una dulzura sugestiva con la que solo El sabía dar aún las más duras órdenes.

“Toma esta pala y haz que abra un surco largo y profundo por donde podrán entrar semillas”

III.
El instrumento de hierro, haste ese instante desconocido para el Siervo, se le reveló corpóreo y brillante, y lo recibó también junto al conocimento necesario para su uso. Así trabajaba Dios; hacía la luz sobre un objeto y a la vez ungía sobre el destinatario las habilidades pertinentes a su explotación. El Siervo supo de pronto que debía tomarla por el asta y clavar su punta en la tierra.

IV.
Pero esta vez algo falló; muy raramente, la instrucción del Señor le dejó un vacío de indeterminación y el Siervo no terminaba de comprender cual era la tarea asignada. Eso lo desconcertó y provocó que detuviera su acción entrando en un estado de duda, por lo que se atrevió a dejar la pala en el suelo y miró hacia el cielo en señal de pregunta.

V.
De pronto lo mundano y lo étereo se confundieron en un atroz azote de púas contra su cuasi moribunda espalda. Sintió el laceramiento de la piel y de sus oídos derrumbados por un grito desprolijo y voraz, indigno y ajeno a cualquier condición conocida del Señor:

- Pero esclavo de mierda ¡que la pala abra un surco en la tierra te estoy diciendo! ¡que la palaaa abraaaaaaa! ¿no entiendes pedazo de hijo de puta?

VI.
El Ciervo Elegido recordó para siempre la tragedia de aquella decepción, pudo escapar del reino del tirano y vagar contando su historia, aunque no hubo día hasta su muerte que no llorara…

VII.
Desde entonces, por palabra se entendió al modo de comunicar aquello que no es bien comprendido por los medios habituales.



septiembre 15, 2009

Los medios de la ley II


Mempo Giardinelli le escribe una carta a Pino Solanas acerca de la Ley de Servicios Audiovisuales. Más allá del hecho en si, de nuevo se pone en escena el gran dilema de la izquierda argentina y que -no casualmente- es hoy el de toda latinoamérica. La encrucijada es qué actitud tomar respecto de estos gobiernos populistas, a todas luces imperfectos y hasta irritantes, bien rociados por el germen de la corrupción y la soberbia, que a pesar de todo implementan alguna que otra política que va más allá de la obediencia debida a las recetas ortodoxas del establishment. Como paradigma de referencia de esta situación existe un problema en el mundo que se llama Hugo Chávez y gobierna Venezuela. Un fenómeno que tiene la extraña virtud de dejar perplejos tanto a la derecha como a la izquierda; a la primera porque no sabe hasta donde constituye una real amenaza; y a la segunda porque no sabe hasta donde constituye una esperanza posible. Pero cuidado que no quiero decir que el caso de esta ley particular en Argentina esté indicando semejanzas con el tratamiento de medios en Venezuela, sólo planteo cual es el referente macro-político más fuerte que corporiza esta tendencia de las democracias latinoamericanas a convivir con lo que parece ser tanto una pesadilla más de las ya bien conocidas, como una posibilidad inédita de concretar cambios estructurales en el sentido progresista.

Por ahora, solo tengo tiempo para lanzar los interrogantes.

¿Vale más ocuparse de la pureza de los que por convicción o interés propician un instrumento que indica una posibilidad de transformación cierta en un tema muy importante? ¿Que hay detrás de hacerle el juego por izquierda a la oposición conservadora, además de ayudar a liquidar a Kirchner políticamente que en este caso sería lo de menos ya que se lo podría liquidar igual en otro momento? ¿Que otra cosa que un cajoneo definitivo le espera a esta ley para que jamás se vuelva a avanzar más allá de los intereses de los grandes favorecidos del estado de cosas actual? ¿O esperamos que Carrió, De Narvaez, Morales y Macri voten después del 10 de diciembre una ley de medios posmoderna que rebose de espiritu pluralista, libertario y antimonopólico?

septiembre 12, 2009

El caer de las caretas


En estos días es patético ver como desde políticos de la oposición conservadora -incluidos los llamados "socialistas" de la mano del impresentable Fernando Iglesias- y de los exhaltados operadores interesados, se desesperan por embarrar la posibilidad de tener una nueva ley de medios. La estrategia de discurso elegida para venderle a una gente ávida de comprar malo y barato es definirla como "Ley K contra los medios” y ponerle el vestido de un embate contra la libertad de prensa a la manera chavista. Muchos genuinos anti K por otras razones –muchos más valederas en todo caso- compran el discurso oficial del poder mediático con una sumisión intelectual alarmante. Es increíble como la puesta en escena de esta ley ha desenmascarado a alfeñiques, empleados y chupamedias satelitales de los monopolios mediáticos que jugaban de progres e independientes desde medios supuestamente alternativos. A la hora de los bifes inclinan las orejitas para el lado donde suena la melodía del emprendedor clarinete.

Aquí Mempo Giardinelli expone una postura a la que adhiero.




La terca urdimbre del asombro


..."La terca urdimbre del asombro” escribió y se hizo un vacío de final, con el respiro aliviado de la llegada. Por fin un título, que a pesar que sonaba muy al suplemento literario de La Nación de los 80, cubría la necesidad de un cierre definitivo...

septiembre 08, 2009

De la imposibilidad del pensamiento mágico en el fútbol






Derrota. Debutantes y veteranos conspiran para perder marcas. Caza de brujas. Odio ante la negación de la hazaña. El hambre de heroísmo despechado genera furias encendidas. No son culpables los que no marcan ni atajan ni juegan, sino los que no son capaces de torcer lo inevitable con desmesuradas epopeyas. El primer síntoma de la desesperación es el elogio revanchista en demasía a un rival simplemente impiadoso con las ofrendas.

El pensamiento mágico en el fútbol es el arma suicida más efectiva, la más perfecta máquina de decepción derrotante. Y el culpable siempre será Dios por no haber tenido la gentileza de entregar el milagro.

septiembre 02, 2009

Los medios de la ley


El movimiento que propugna la inmediata restauración conservadora en Argentina está interesado en que la demonización de los K arrastre la sepultura definitiva de todas las ideas políticas que considera enemigas de sus intereses. Que cancele para el futuro, aquellas iniciativas, que pudieran prosperar aún en otras manos que las de los K. Tratan de desarticular para siempre la sensación de que es posible tocar ciertos poderes intocables.

Para los bien pensantes ¿cuál es la diferencia entre Kirchner y Duhalde? ¿Acaso uno era me nos peronista que otro, menos clientelista, menos favorecedor de empresas de amigos? ¿Cristóbal López contra Américo Gualtieri? Lo que no me explico es como muchas miradas no pueden entender que esta oposición va más allá del fastidio o temor a Kirchner, supera sus límites domésticos. La ley de medios es un caso paradigmático: cualquier retorno de una ley que pretende democratizar el reparto de medios en el futuro será arrastrada por el barro de haber quedado estigmatizada como desatino kirchnerista. Por eso se encargan que el discurso sea bien machacón y distorsivo: debe instalarse que es una ley para amordazar a la prensa, para censurar, un acto de despotismo gobernante, un delirio personal de revanchismo desesperado. Creen que hay que garantizar que nada bueno pueda concebirse de leyes como esas.

En algo acierta Eduardo Aliverti. A juzgar por las desesperadas voces que tratan de aniquilarlo, el kirchnerismo pareciera ser la peor tragedia de los argentinos, cuando a lo sumo no pasa de ser una comedia un tanto corrupta y desprolija que a causa de su tozudez se vuelve lesiva para algunos negocios que se presumen intocables. ¿Desde cuando hacer que un medio no pueda acaparar el 80% del control total de los contenidos debiera despertar semejante grito de horror en la sociedad? ¿A donde fueron a parar tantos discursos que abogaban por medios pluralistas, participativos, inspirados en las modernas doctrinas de los más avanzados países de Europa y América? ¿La ley es poner a Verbistky en cadena nacional todos los días en todos los canales y radios y a toda hora? Esto pone en evidencia cual es la danger zone del cambio en la Argentina, porque instala, más allá de su personalismo de origen, la confrontación en sus términos descarnados, en la frontera ardiente en la relación del estado con los grandes poderes económicos. Un punto al que supo llegar también Alfonsín a veces pero que también lo hizo amante del escape y la salida negociada. Alfonsín rozaba el punto y se retiraba, sopesaba la asimetría de fuerzas y negociaba hacia atrás. La táctica también fracasó. Kirchner llega al punto y se instala, no negocia, aunque tampoco resuelve lo que genera, deja el conflicto desnudo y no sabe articular refuerzos para el combate final.

A Kirchner, cuanto más parece hundirse en su propio fuego, le prolonga la vida la propia dimensión de la reacción de sus opositores, son la prueba de que sus medidas tocan donde duele para que haya realmente algún cambio estructural, más allá de mil imperfecciones y otras tantas miserias que lo oscurecen. El acatamiento casi militar de los formadores de opinión empleados de los medios que se lanzan a la cruzada denostadora casi al borde del paroxismo, roza el efecto contrario por la evidencia de su interesado exceso.

Ahora bien, es innegable que la circunstancia puntual de impulsión de la ley es el evidente revanchismo personal de K con el grupo que fue aliado. ¿Por qué impulsar la ley hoy a modo de una quemada de naves y no haberlo hecho en el 2003 con el aval de una imagen positiva abrumadora, cuando las condiciones objetivas hacían más probable sustentarla con un alto apoyo popular e institucional? La reacción de los intereses afectados hubiera sido igual de virulenta, pero claro, hubiera tenido menos efecto en soledad que puesta en la cresta de una ola de vituperación automática ya instalada como tragedia. Pero aún esta pequeñez de origen no la invalida lo positivo de su proyección.


Addenda: A cuenta de lo dicho rescato algunos conceptos que que dejé en Nación Apache a propósito de un texto de opinión allí publicado.

-Reducir la ley a un revanchismo Kirchnerista desconociendo sus contenidos, la sustenación cultural que tuvo la elaboración del proyecto, es patear la pelota para que el partido se juegue donde quieren los grandes medios hegemónicos: que la demonización de Kirchner arrastre todo aquello lo que le resulta incómodo a sus intereses para dejarlo definitivamente sepultado.

-Afirmar que se pretende eliminar a los grandes medios del debate público es una exageración panfletaria; los verdaderos eliminados del debate público son los que no se muestran genuflexos a esos medios, y los que teniendo un medio independiente sufren la presión para venderlos a precio vil.

-Ciertas voces opositoras apelan a una retórica neoliberal de la época de Guy Sorman: el estado y el gobierno son la censura y el poder, y los grandes grupos son la libertad.


-Creo que aquí no está en juego el juicio a los méritos nac & pop de Kirhcner, sino lo que puede darnos la ley de aquí en más, mejorada y apuntalada por un mayor consenso, cuando los K sean tal vez un recuerdo de archivo; lo que la sociedad puede ganar con ella vale más que cancelarla con el argumento de la incoherencia progresista de los K.